sábado, 15 de marzo de 2003

Más de mis actos.
Cuando tomé la sávila en mis manos me aseguré primero de quitarle el listón rojo atado en moño en su extremo, parte de la superstición para alejar los malos espíritus, ellos hicieron caso omiso a este candado, y entraron de todos modos a la casa, donde a veces se pacifican y por días permiten la tranquilidad, hoy es uno de esos momentos y lo aprovecho. Tomé el cuchillo recién afilado e hice un corte a lo largo de la penca, la savia espesa que salió me recordó el camino dejado por un caracol, ¿has intentado ponerlo sobre un vidrio y ver cómo su pata se contrae y expenda para moverse?, es fascinante, nunca lo he hecho, pero lo he visto por televisión, a veces las escenas en la pantalla me ayudan a quitarme la curiosidad de infinidad de cosas, pero creo que debo de actuar más, experimentar por mí, así me encuentro haciendo estos cortes en la indefensa plantita,sólo por curiosidad y exceso de tiempo libre, ni siquiera sé para qué usaré esta baba, dicen que es bueno para la piel, quizá en un rato más sienta deseos de comprobarlo.

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