jueves, 6 de marzo de 2003
Hoy ví la primera estrella de la tarde, o al menos desde mi ángulo de visión era la única, no encontre otra más, me ilusioné, e instintivamente comencé a formular un deseo. Después mi "realidad" me hizo volver de mi fe infantil, la razón de golpe me hizo ver que nada tenía que ver un cúmulo de gas incandescente con el rumbo que tomará mi vida...Sin embargo no quería dejar ese estado de ensoñación, después de todo era mi momento preferido del día, aquél en el que si te insertaran de pronto, nada más, sin avisarte, haciéndote perder la noción del tiempo, no sabrías si lo que está a punto de comenzar es el día o la noche. Así que dejé a mi piel sentir el viento que cada vez es menos frío por la agonía del invierno y continué mi camino con una sonrisa donde se asomaba mi yo niña.
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