sábado, 23 de enero de 2010

Cuando camino un sábado por la tarde.

Recordé una de las eternas preguntas: ¿a qué te dedicarías si no fueses tal -insertar profesión actual-? y es así como el matarilerón. Yo digo que no quiero cosas aburridas como doctor, ingeniero, economista, etcétera y decir sin pena Quiero ser la reina del mundo como la de corazones para ordenar Que les corten la cabeza rematando con un jiji timidón antes de un no te creas. Dicen que ya no puedo ser tan ridícula querida vejez. ¿Será?. Sigo entrenando dedo acusador.

Pocas veces salgo a caminar en la tarde debido al sol de mediodía sobre la capital, no perdón, desvié con una canción de las que ahora oculto, el sol era de las 4 y sí salí, tuve que ir al zócalo de mi pueblote (ejem, ciudad) a un mandado (qué onda con eso de ir a un mandado) y las escenas antes mis ojos parecían de película, poca gente con murmullos en grupos bien definidos más la imagen en alta definición, todo tan brillante, tan bonito que fui feliz y medité (poquito) concluyendo que he vivido en ambientes bien distintos unos de otros.

Reforcé la idea anterior viendo fotos viejas, he tenido suerte de lo vivido y vaya que es raro que piense así pero ¡oh vamos!, es la verdad. Me falta pasar tiempo fuera del país, ahora mismo creo que no es posible pero dicen que la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida así que tal vez, sólo tal vez haya algo en mi futuro que todavía no sé.

En el camino mientras lo anterior descubría no pudo faltar el soundtrack y me topé con una nueva canción favorita. Hela aquí.



Au revoir!

sábado, 16 de enero de 2010

Con playa o con nieve.

Siempre habrá sol en algún lugar, y arena y espuma salada. Alguien tendrá los oídos cubiertos de música y de repente después de escuchar la samba tendrá ganas de llorar. Compraría un gato si no se les cayera el pelo o un perro si no olieran nunca mal. Compraría un boleto a esa playa, la de la persona que llora y me echaría a nadar. Compraría una bebida con coco o con piña y después la consabida Coca, para no dejar a la compañía en quiebra, tanta falta que les hace.

También habrá un lugar con nieve, una fogata o chocolate caliente, por primera vez tendrá bombones o malvaviscos y recordarán la película de los Simpson cuando Flanders le enseña a Bart lo que es un papá, uno cariñoso al menos. Ahí andaría con calcetines y tomaría un baño caliente.

Ahora la tv me acompaña, entre un Anthony Bourdain que a rato me pierde por no tener subtítulos y un comercial que dice debe haber más poetas malos y cantos a la lágrimas, risas y a su producto, el mismo que tomaría en la playa.

Tal vez salga en la noche, repitiendo reencuentros con el pasado adolescente, de ese que hace poco conoció alguien más para descubrir que no fui tan nerda o algo así. No nunca lo fui [del todo], sólo me dejaba influenciar por los personajes buenos aunque en el fondo admiraba a los villanos.

Es hora de ir por un suéter, tengo frío y aunque en otras partes hay sol acá se acaba de ir.

lunes, 11 de enero de 2010

Once días después.

Van once días del año y sigo en la tranquilidad, no llegó la tristeza post-festividades y sí un trabajo que me deja mucho tiempo, un clima agradable y un concierto perdido. Ajá, lo último arruina un poco la felicidad experimentada, se supone que estaría atenta a la llegada de Kashmir a México, pero se me pasó la venta de boletos y bu, lloraré sentada en una piedra.

Hay planes pequeños, como no dejar empolvador mis dvd's de yoga, caminar, tejer más que bufandas, un par de viajecitos, ver y escuchar más. Pasos sutiles que me acompañarán a un destino que quiero y sé que será, sin necesidad de aferrarme a dramas y lagrimeos.

Hace unos días El hombre elefante me pasó un artículo llamado 5 razones por las que no eres feliz y con muchita vergüenza reconozco que yo caigo en todos los puntos, no alarma, aprovechando que estoy de buenas ando en el proceso de mejorar todo.

Aunque tengo listas que cumplir y no puedo evitar hacerlas (además de que no debo) ahora entiendo que no tengo que cumplir cada punto para ser feliz, ya sé que puede sonar a terapia barata pero funciona eso de disfrutar el momento. Resulta que trato de subir la mirada para dejar de enfrascarme en los detallitos que no me gustan, ya me estaba hartando de buscarle a todo un rayón, manchita y desperfecto.

Propongo decir ohm y sonreír. Se vale apuntarse.

viernes, 8 de enero de 2010

2010.

Llegó el 2010 hecho carrerita con reencuentros para el corazón (aw) y a pesar de ser 6 años más viejos se siente como el primer día. El 6 de enero todo desaceleró, mientras un avión despegaba hay nuevas promesas (o vueltas a hacer) y ganas de disfrutar la lentitud. El afán de moverme más rápido de lo que se me atraviesa se ha ido a descansar.

Es un cliché pensar en el año nuevo como una libreta de hojas blancas listo para dibujar, escribir y ensuciar lo que yo quiera, lo sé, pero así lo veo. Apenas voy tomando vuelo, tengo ganas de regresar al norte, de aprender francés aunque el inglés me vea con recelo porque nomás lo invito a pasear cuando me hace falta y a (re)descubrir una vocación.

Los momentos preferidos son en lugares confortables, así que estoy remodelando mi hábitat. Escojo texturas esponjosas y colores que cambien cada estación, o día, o ánimo, o qué se yo. Voy por mi cucharada gigante de nutella y esto último puede ser metáfora o no.
¿Qué hora es?