sábado, 31 de diciembre de 2011

Yo no olvido al año viejo...

porque todavía no termina.

Mañana diremos todos 2011 ¿qué? y el pobrecito se irá sollozando esperando que lo llamemos por teléfono.

No seamos malitos y mínimo dediquémosle unos segundos de ojos cerrados y nube de recuerdos flotando en nuestra cabeza.

Levanten las copas llenas de champaña (o coca-cola) y digamos ¡Salud!

martes, 27 de diciembre de 2011

Trozos.

Recuentos del 2011.

Cambié de estado civil e hice mi primer viaje a otro continente, un viaje corto, improvisado y lleno de caminatas sin un gps por el olvido/descuido de contratar un plan de datos adecuado.

Conocí Londres y París.

Aprendí que los londinenses aman dos actividades: correr y leer.  

Nosotros caminábamos con dientes castañeantes, o corrijo, yo caminaba con dientes castañeantes a causa de mi aclimatamiento a mi pueblo semitropical y éramos rebasados por corredores entusiastas en pequeños shorcitos y playeritas de tirantes que a pesar de su piel enrojecida corrían a paso veloz.

En el metro compartíamos audífonos mientras la mayoría sostenía un libro, una tableta electrónica o en el menor de los casos un teléfono lleno de letras.

En París conocimos el que pensamos es el típico olor de los franceses, a decir verdad sólo en 3 ó 4 personas, una mezcla de alcohol, queso, vinagre y fruta. Un mesero nos trató con ruda cortesía y cuando el desánimo de la ciudad luz llegaba un señor afuera del cementerio de Montparnasse nos enseñó que siempre hay gente buena (hora de sacar los pañuelos y secar una lágrima pequeña).

Las crepas de nutella y Notre-Dame no podían desilusionar, eso sí.

Los viajes se viven mucho y se cuentan más pero a veces es mejor hacer un pequeño collage a modo de resumen para los oyentes o se pierde el público. Eso digo.

Yo quisiera decir que me siento diferente a los 31, porque sí, también fue mi cumpleaños. 

Me siento más, pero más Frida, son esos pedazos de vida que se le van pegando a uno.

Me queda esperar el año 2012, que a decir verdad me parece un buen número, me gusta, cosa que no me pasaba con el 2011 y aún así fue bueno. 

2012 acá te espero, trataré de no fallarte.

viernes, 28 de octubre de 2011

Frida 1 - 0 vejez.

Anoche me sentí de 22 años otra vez.

La sensación duró segundos pero fue tan intensa que de recordarlo podría llorar, una lágrima nada más, nada salada porque la melcocha acumulada a esa edad es tanta que podríamos hacer Coca-Colas.

Las haría en botella de vidrio, para efectos bohemios pero la realidad es que a mi me tocó la revolución de la botella de vidrio de 1 litro, aquella grandota y sin forma que comenzaba a levantar la ceja de los expertos en nutrición.

Hoy nada podrá ponerme triste, ni la devaluación, ni los resfriados, ni el alcohol (para recordar una canción del Tri, palomita a la memoria asociada) porque las voces de Jarvis Cocker, Richard Hawley y Brett Anderson acompañan los saltitos de una que desafía los treintas para decirle que al menos hoy no la vencieron.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Hubo una chica con ínfulas afrancesadas que cambió su nombre a Yilet.
*
Rellenó su colchón de paja y soñó que le faltaba un corazón, iba en búsqueda de un mago que le diera solución.

*
Chicle sabor de la derrota vs. chicle sabor algodón de azúcar.

*
Tomar 2.5 lts. de agua al día guardados en cántaros de agua, que no vayan tanto al pozo eso sí.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Por no buscar en google.


Hubo días que existieron antes que estos, aquellos tenían una luz diferente, de tarde moribunda y corredores que se negaban a ser simples pasillos en silencio. Eran tiempos de adolescencia tardía donde una joven creía que los juegos de palabras eran cosa sólo suya. Pasó el tiempo y descubrió la verdad. Ahora quisiera volver y no sabe cómo.

Anoche soñé con jelly beans, me hace feliz no decirle frijolitos de gelatina, me hace feliz escribirlo y llenar espacios vacíos con ideas igual de vacías. Es un ejercicio zen para olvidarse de problemitas absurdos. En realidad es un ejercicio todo menos zen, podría darme vergüenza confesar que no sé exactamente qué significa esa palabra y lo he hecho antes de investigarlo en un click derecho que me lleve a un "buscar zen en google", pero es pasada media noche y hay ciertos cuentos releídos que dejan esa tristeza de ficciones lejos de nuestra realidad que ni sabiéndolas así las podemos (¿puedo?) despegar.

Mañana diré que no quiero trabajar. Lo que yo quiero es cambiar de rumbo otra vez, cambiarlo sin tener que dejar la casa nunca. La creación de un loop en el espacio nada más para mi.

Es la adolescencia tardía que tengo escondida debajo de la cama. Gracias a la generación X que no se quedó impregnada en mi interior que no siempre es así. Algunas veces lo adulto me va muy bien (me digo en voz bajita para que se haga de una vez realidad).

viernes, 26 de agosto de 2011

La silla Acapulco.

Ver caer la tarde en la silla Acapulco resulta menos tediosa, un minuto sentado ahí y te sientes pueblerino feliz, te imaginas debajo de un huamuchil con una botella de refresco en la mano, agua de sandía para los que recuerdan los días sin tanta azúcar. Otro minuto y piensas en los nuevos hoteles minimalistas que intentan copiar el estilo de Mauricio Garcés. Arroz dices en voz bajita.

La vida continúa por minutos mientras piensas que sería buena idea cargar un abanico en la bolsa, de esos de tela con flores pintadas, ¡Era de carey! te gritaba una mamá enojada al romper el tercero por "no saber abrir un abanico como Dios manda", piensas en el ecocidio y la forma despreocupada en la que solían vivir en otras generaciones, a ellos no les tocará el holocausto, quizá tan sólo el principio.

Hoy la quincena está a punto de llegar, con la laptop sobre las piernas y los audífonos tocando una playlist infinito (descubra el título de película robado) agradeces el viernes y te preguntas qué habra de cenar.


jueves, 21 de julio de 2011

De Harry Potter y tiempo de decir adiós (contiene spoilers).

Hace 10 años comenzó la magia Potteriana a través de la saga más larga constituida por el mismo reparto. Fue a los 20 cuando comencé a leer los libros, un mes antes de que saliera a las salas de cine Harry Potter y la piedra filosofal. 


El fin de semana pasado se cerró el ciclo.

Hace tres años me tocó leer la última novela en Cancún, corrí con mis compañeros de trabajo y casa de ese entoces para leer el final de la historia, todos lloramos a solas  conforme íbamos leyendo el libro. Cómo no iba a suceder si a partir de la muerte de Sirius, Harry quien había reencontrado una familia en el mundo mágico para sustituir aquella perdida cuando era apenas un bebé, volvía a quedarse solo poco a poco. Le seguirían Cedric, Dumbledore, Ojoloco Moody, Hedwig y Dobby. Harry tendría que demostrar ser fuerte.

 Nos enseña que la vida no siempre es fácil, hacer lo correcto no siempre nos da una recompensa directa pero siempre habrá que reponerse y seguir, muchos estuvieron atrás de nosotros y otros tantos estarán cuando nosotros nos hayamos ido. ¿Qué papel tomaremos nosotros?. ¿Qué de bueno o malo dejaremos?. 

¿Quiénes faltarían? los verdaderos fans sabíamos en que terminaría todo, sabríamos del amor incondicional por Snape y de las vidas que se sacrificaban en aras del bien común. Es una historia infantil que siempre será criticada por aquellos a quienes se les haga literatura y cinematografía simplona, muchos no dudarán mostrarse con la nariz levantada y un ceño fruncido ante el éxito comercial que ha tenido. Aún así creo que ninguno de ellos podrá negar que actores como Alan Rickman, Ralph Fiennes, Gary Oldman, Helena Bonham Carter entre otros le apostaron al proyecto porque sabían que se convertiría en un clásico de la cultura popular. 

Es una historia de la que dicen no muestra nada nuevo, yo la defiendo diciendo que el canon de la fantasía tiene bases que seguir. Acá la historia de amor, sacrificio, fuerza, voluntad y decisiones es llevada de la mano en un mundo alterno que a pesar de todo nos parece cercana, desde mi punto de vista ahí radica su magia.

Pop soy y me enorgullezco.

Nosotros los que llevamos un rayo tatuado en el corazón seguiremos felices, releyendo, viendo una y otra vez las películas, comentándola y analizándola con nuestros pares. Solo sé que después de la toma en que Harry, Hermione y Ron despiden a sus hijos partir a Hogwarts mientras mientras son enfocados por la cámara para dar paso a la pantalla negra con los créditos me indicaron que una etapa se había cerrado, y no puede negar que aunque me divertí, también algo de mi se negaba a decirle adiós.


La última página se cerró.


domingo, 22 de mayo de 2011

El random nuestro de cada día.

Hace años le di como dos carpetazos a este lugar, de lo único que me arrepiento es de los comentarios perdidos, la posibilidad de releerlos implicaría encontrar personas que la mala memoria sin gynko biloba no logró retener.

La luz de la televisión enciende la playera de la pijama improvisada, aunque el calor se aplacó un poco por la lluvia algo me dice que debo perderle miedo a las pijamas de pantalones cortos y de mangas inexisentes, me animaría si no me hubiera timado esa empresa de depilación por láser, me digo con voz bajita, pero los problemas de autopercepción van más allá. Digamos que pagarme la eliminación de ciertos elementos capilares no estaría de más.

Mi playera es amarilla, tiene la caricatura de un político que alguna vez defendí, Hoy el ánimo es como antes, en esos años pasados en que el mundo era demasiado gris, aunque no lo suficiente para parecer nublado y quitarme este calor. Vamos con los temas cíclicos.

Con la tele encendida que tiene al eterno donjuán que propone matrimonio a alguien que se toma el anillo de la copa de champán. 

Champán me gusta más que champagne. Eso creo, aunque de lo francés me gustan las uñas de esa bloggera famosa, una que se pinta de colores metálicos con una media luna dorada, la del anillo en forma de venado y la boda llena de macarons.

Hace como dos años probé unos macarons y no fueron lo que esperaba. No fue una decepción tan grande. Hay peores.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Se fue el tiempo.

Las mandarinas por más choteadas que estén se rebelan y nacen en primavera, no lo invento yo, así sucede en el árbol triste que empieza a morir en un macetón que le resulta minúsculo.

En el trabajo dicen que necesitan de mi ayuda, no me lo creo del todo y me niego cuando no veo la retribución, podrían prescindir de mi y quizá yo de ellos. Por ahora no, seguiré yendo al borde de la impuntualidad y dando días trabajando hasta la madrugada de vez en semestre.

Las lluvias comienzan y acá parece que las horas no pasan, ni los años, y eso señores no resulta bueno para el hastío.

No, no.

lunes, 18 de abril de 2011

Recuento.

Hubo atardeceres llenos de calor, sin lluvia en la Luvina que no se parece en nada a Luvina excepto por el sentimiento de desolación.

Faltaron el coco, las grageas y el queso añadidas a las torrejas que se negaron a convertirse en capirotadas.

No faltó la envoltura de chicle con gotas de lluvia gordas pero escasas después de una película llena de adolescentes (ya no tan adolescentes) que tratan de pasar por sabelotodos (qué raro). No puedo negar que fue un detalle bonito aunque poco pensado pero no estuvo mal, así somos y así puedo decir que me debes el detalle bonito. Ajá, chantajecito para que no me olvides.

Es el lunes en el que se retoma ser uno y no dos. Es la semana libre en la que pienso lo poco que falta  y qué miedo para rematar con un murmuro que dice qué emoción.

lunes, 21 de febrero de 2011

De regreso en el 2011.

Regresar no es cosa fácil.

Hace tres años que volví al punto de partida de mi vida, el hogar de mis padres. A casi 3 años de hacerlo llegaron planes para irme de nuevo y de una forma casi definitiva, siempre podré volver pero creo que no será lo mismo. Dejaré de ser la única soltera en la familia a finales de Noviembre.

Así las cosas.

Falta mucho para que eso suceda y las bromas del estrés en los preparativos y las bridezillas no se hacen esperar. El mayor inconveniente es que la fiesta de mis sueños (lo cursi no se quitará nunca) es logísticamente imposible, pero se hará lo adecuado y se compensará con lo que creo sí será el viaje de los sueños.

Acá de vuelta, tan simple como una nueva que oh, no lo fue tanto.