viernes, 30 de julio de 2004

Formato antiguo

Qusiera que la pantalla se volviera papel para desgarrarla con lápiz negro. Podría conseguir hojas de verdad, pero es grande el hastío.

Tal vez me convierta en aventurera, arriesgando y conociendo. No suena tan mal. Al fin que los lujos conocidos son pocos y en verdad modestos. Es cuestión de valor.

En la plataforma se da un paso para sentir el vacío y el estómago subiendo a la cabeza, después el frío y las burbujas que recorren el cuerpo sumergido en agua.

O

helémonos al salir del baño con viento y sin calefacción, dejemos secar la piel con un tono azul. Que los dientes actúen en tintineo para sabernos vivos. Hay movimiento.

Perdamos el miedo.

Hoy leeré un cuento antes de dormir, como el niño al que nunca lo acompañaron en la despedida del día conciente. Pero no importa, hay compañías que ya no son necesarias.

Otras vienen, el tiempo corre y yo espero, mientras tecleo y añoro una simple hoja de papel.

miércoles, 28 de julio de 2004

Con mucho limón por favor.

En verano hace menos calor, en esta ciudad de los termómetros saturados. Hoy me he dado cuenta que mi pantalón favorito ya está viejo, pronto morirá, esperemos que llegue al invierno donde la mezclilla diluída se saborea con un suéter y café en la mañana. Me gusta diciembre, que ya no está tan lejos, igual mis 24 años se acercan, latiendo a cada paso, la madurez (ajá), pero aún quedan 5 meses. Me pregunto dónde andaré, me contesto que en otra ciudad, donde las estaciones sí cambian. Recemos.

Descubro en un libro que compró mi hermano que el Santo de los Arquitectos es Santo Tomás, y que los únicos ángeles nombrados en la biblia son Miguel, Rafael, Gabriel y Lucifer. Al primero una veladora de una arquitecta desempleada, aunque el santo para pedir trabajo es otro, pero no quiero terminar vendiendo papas fritas, que después de todo no es mala idea, con valentina y búfalo son muy buenas.

Es más, iré a comprar algunas, ahora que el sol ha dejado de quemar.

martes, 27 de julio de 2004

continúa

Hay un quinqué, sí quinqué, porque somos antiguos, y hoy estamos sordos. Quiero un candil, cómpramelo, quiero un farol, que tenga una adición de vitral, vidrio coloreado encerrando una llama bailarina. Hagamos sombras. Amemos la luz y la oscuridad. Todo.

Pero no escuchas, y mi voz se distorsiona sin poder saberse más.

comienza

Ensayo de un espacio vacío.
Donde nadie se encontró.
Cayeron en desgracia.
Iluminaron todos los rincones.
Temían que la oscuridad terminara por consumirlos.
Separados.

domingo, 25 de julio de 2004

Matando tiempo.

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Para intentarlo dar click: acá

Errando.

Tuviste un bowl lleno de llaves diminutas, con filo de alfiler y corazón blando, de un algodón poco conocido. Eran extrañas, pero representaban oportunidad. La única palabra que tu voz repetía, oportunidad, y en el oporto que jamás habías probado tomaste valor. Arrebataste un puñado de los artefactos que te salvarían del encierro, creías. Probaste una por una hasta que el sueño te venció, eran miles y difíciles de maniobrar. Perdiste por aquel día. Al otro, volviste a intentar, hasta que el filo te dejó igual de muchas cicatrices, finas, pero dolorosas, ardientes, con lágrimas rojas. Tu destino marca que la opción correcta será la última opción. No hay posibilidad de cambiarlo. Intenta una por una, sin hacer trampa.

viernes, 23 de julio de 2004

En mi ventana veo brillar...

Mi hermano dice que las que vieron Candy Candy viven pensando que el amor es sufrir, complejo de víctima.

Yo digo que la mayoría nos convertimos en Candy freaks, y no nos da pena, o nos da por un periodo corto, y después... la desinhibición.

Tengo en la memoria las tardes cuando regresaba de la secundaria y esperaba ansiosamente que dieran las 4 de la tarde para que empezara la melodía de si me buscas, tú a mí, me podras encontrar...tururúuu, para mantenerme hipnotizada por media hora.

Mi época favorita, la mejor para llorar por la desgracia de Candy por la peor-mejor-amiga-que-conozco-odiosa-Annie y suspirar al compás de un eres más linda cuando ríes que cuando lloras que pronuncia el prícipe de la colina (sin albur), su "adopción" para llevarla de sirvienta con los envidios Elisa y Neil Leagan, la fuerza que renacía en ella cuando observaba la cruz que le regaló la hermana María quien, junto con la Señorita Pony nunca envejece, el romance infantil entre Candy & Anthony, los primos eternos enamorados de la niña que nunca cambió de peinado Archie y Alistair, la escena más trágica de funeral en un anime que he visto (pobre Anthony, murió tan joven), el rebelde de Terruce Grandchester que al final se convierte en un actor de teatro famoso (y con acento británico) que perdona a la madre que lo abandonó desde niño para evitar el escándalo por ser madre soltera, aquel aristócrata malcriado (Archie dixit) que deja atrás a su padre el Duque, pero, ¡oh horror de horrores!, tal perfección de personaje se queda con la lagartona más odiosa del universo entero: chantajista y chillona, Susana-argh, el añadido de la innecesaria muerte de otro de los Andley en su puesto de aviador en la 1a guerra mundial: Stear y más lágrimas, un Albert que al final se desdibujó de mi corazón por no permitir la reconciliación de Terry con lo único bueno que había pasado en su vida, y el final más insatisfecho que he visto, aquel que nunca pude aceptar y me llevó a crear finales alternos con mi amiga de toda la vida.

Candy fue la primera cosa que busqué cuando descubrí internet, la primera página que descubrí: el ciberhogar de Pony , dueño del fanfic que en mi mente se grabó como el verdadero final, de allí pa'l real descubrí más y más sitios, todos diferentes y de gustos variados: x-files, e-books, mi boom del e-mail y un tanto después: los blogs. Así que, si me voy al origen, fue mi trauma llorosa de la adolescencia que se empeñaba a ser niña, la que me hizo conocer a lo mejor que me ha pasado. Ese mejor que me ha pasado sabe a lo que me refiero.



Alabada sea Candy.
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Pd. ¿El sufrir en el amor? puede irse a chiflar en la loma. Chau.

Fragmentando

Grises las articulaciones que se mueren en la búsqueda de... Y la hoja se rompía.

Se quedó sin leer la frase completa, y su conocimiento, la búsqueda, fue aniquilada.

Prefirió tirar los libros y mostrar su nueva falda de uniforme a su espejo. Por décima vez quería reflejar las tablas en la tela azul marina, y dar vueltas para ser un abanico que circula, pequeña capa inflada por el aire de la tarde tibia, hasta que el mareo la tirara al suelo, sentada sobre sus piernas de niña que dejaba de ser.

jueves, 22 de julio de 2004

Quisiera encontrar muchas cosas en este momento, tenerlas frente de mí y no sólo pensar en ellas, pero es imposible, la noche crece y la fatiga no viene. El insomnio mientras se piensa sólo en lo que no se tiene es cansado.

Podría hacer unos hot cakes, tengo hambre, pero no hay harina, ni miel, ¿ y de qué sirven unos hot cakes sin miel?, ya no pedir de mapple o los waffles de un buffete compartido en familia en los viajes que la memoria ya deslava.

Es hora de... nada, porque no sé qué hacer, ni qué decir, ni a quién llamar, o sí, sí sé a quién podría hablarle en este momento para que el ánimo saltara del bache en que cayó, pero es imposible. Maldito dinero, que ni tan maldito al final, bendito lo llamo y quizás venga hacia mí.

Mala noche, mala noche, sí. Dios, lo que me hace recordar la desesperanza.

Tomaré una revista de chismes y la desgracia ajena me hará sonreír. Espero.

martes, 20 de julio de 2004

Porque vivir era búsqueda y no una guarida (L.E. Aute)

En la fuente Trebuchet encuentro la relajación que me inunda con la vida yéndose en la voz de Aute y su verbo más bello.

Cuando la tarde del año 2004 remite a un día de 1988, con la mochila arrastrando y la comida después de lavarse manos y refrescarse la cara, cuello, nuca y orejas. Una niña un poco alegre, un mucho normal, que dormía 20 minutos antes de cambiarse para su clase de inglés, cuatro de la tarde y reencuentro con la que creyó por mucho tiempo su mejor amiga (muchos años después lo sigue creyendo, aunque diluidamente porque se enteró que su puesto no era reflejo).

Era tarde de canciones que se repetían sin entender ni jota, recreo y no aprendizaje de nuevo idioma, alargándose el tiempo fuera de casa con juegos de vampiros cuyos ataúdes eran resbaladillas y escondrijos de carrusel.

Paro de recordar, al mismo momento en que el jugo de manzana se termina… oh sí, bebía. Veo más trebuchet’s avanzar, sin son de coreografía ensayada, sino al compás de un estiramiento de músculos. Las manos bailando regresan al presente y a otra voz que las bocinas dejan fluir.

Quieta, con la punzada de una mala noche en las vértebras, faltaron tantas almohadas, tantas horas de buen dormir. Que suene el bip de un nuevo mensaje, por favor.

Luna fatigada

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sábado, 17 de julio de 2004

Tahúr

Barajeemos estampas de santos que accedan a favores (no de ésos favores cochambroso, que son santos inocentes, tan puros, tan crédulos)

mientras ordenamos fast forward al tiempo,

y tal vez el sol ya no nos inunde porque el otoño habrá llegado.
1a. mano

¿Un shuffle a las acciones presentes harán los días interesantes? En un hoy que se despierta jueves & lavar el auto, ¿y mañana? martes pasado & comida en casa de tía, 11 gatos y primos que callan cuando uno se acerca. Emoción intensa.

Pero este control tiene una sola función, el play lento que tarda o temprano me llevará al bonus track, con la gracia de mi santo preferido.

Póker de mártires...
Hora del erase, esta cinta nunca funcionó.

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jueves, 15 de julio de 2004

Usa una playera de las tortugas ninja

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Hoy conocí a un niño con ojos pequeños, él me dice que no le gustan, yo le digo que me encantan porque son tristes, así que admiro a su boca que sabe construir lentamente una sonrisa tan grande que le da a su rostro una alegría melancólica.

Tiene el cabello sobre la frente, igual que yo a su edad, rodillas empolvadas y una familia que aún extraña.

Canta una canción de la que no sabe su nombre, y la canta porque cree que no lo escuchan, nombra a la luna mientras carga a un bebé que debería ser el centro de atención en la vista programada, pero el niño mayor quiere robar cámara, y me alegro, porque el que me interesa es él.

Sé que vive en el tiempo en que Bart y Homero inician su revolución, cuando el Nintendo y Mario Bros no temblaban por la competencia y la vida parecía ser más simple de lo que es, aunque la vida es simple, en ese tiempo lo era aún más.

He conocido a ese niño con 14 años de diferencia, y me siento tan simple al escribir acerca de él con frases trilladas, pero... ¿qué más puedo decir? Tan sólo que esos ojos tristes son míos, que él es mi norte y que estos, mis ojos, se alegran porque yo soy su sur.

Y nada más.

lunes, 12 de julio de 2004

En qué momento pasó

no lo sé... Últimamente me dicen alguna frase y recuerdo alguna canción, pero es la décima vez que lo cuento y debería pararle, sin embargo aparte de afinar la garganta (sí...claro) es una cuestión que me mantiene absorta en mi tiempo libre (que conforma las 2/3 partes de mi día).

Todo comenzó el sábado pasado, cuando acudí a la plática quincenal con 2 amigas que conozco desde los 6 y 8 años, y enmedio de mi silencio al desconocer el 80% de las personas sobre las que hablaban me dí cuenta que habíamos cambiado, atrás se habían quedado nuestras preocupaciones por las tareas, el seguimiento de la serie favorita, nuestra colección de fotografías de BSB's, o de revistas Tú, para enfocarse a los nuevos matrimonios, aquellos que surgieron sin planearse, o cuyo planeador había sido tan sólo una parte, a contar cuántas amigas nos recomendaban no casarnos ni tener hijos.

Es ahí cuando entendí que mi miedo a las etapas persiste, me niego a creer que ya es tiempo para amarguras de decisiones mal tomadas, me niego a encerrarme en una burbuja tan pequeña que me impida disfrutar como se debe el hecho de tener una pareja y unos hijos por no entender que es el peor remedio al "no tengo ya más qué hacer".

Después de todo es decisión de cada quién, pero al menos a mí me ha dejado de importar que me digan que crezco más lento, sé que no soy la persona madura que debiese, pero hay ritmos para todo, y el mío es un blues

*Fin al post moralista que nunca lo quiso ser*

Y mientras el tiempo se vuelve el adecuado seguiré emocionándome con los objetos parlantes de wonderfalls y al único niño que atenderé será a mi sobrino, gracias a Dios que cuando me canse puedo dejárselo a su mamá.

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viernes, 9 de julio de 2004

No todos son tan malos, no todo está mal...

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Quizas todos tenemos la canción que nos alegra, al menos yo sí. Pero no es el regreso de Fobia el único ingrediente que conforma el estado. Ni siquiera el esencial. Ni siquiera soy fan. Pero...

Hace apenas 20 minutos que desperté, siesta de la tarde, un timbre que me tomó de las muñecas y me sacó de un ahogo, un sueño de un día perdido, con restos de miedo que se alojaban en el cuerpo corrí descalza al teléfono, porque sabía que la voz que escucharía es la que siempre me alegra y enciende mi ternura.

Él sabe que dormir en el ocaso me causa tristeza, hoy parece que presintió el momento exacto y estuvo ahí para demostrarme que la vida es un pic nic.
Los minutos que la tarjeta deja hablar fueron insuficientes, sin duda necesito más, pero al menos este día ha sido salvado. Mientras continuo cierta canción:

Hoy tengo miedo de salirte a buscar
Tengo miedo de poderte encontrar
Tengo miedo de tus ojos, tengo miedo de hablar
Tengo miedo de quererte besar

lunes, 5 de julio de 2004

Escuchando Flying de Seen to Chihiro.

Al aislarme relampaguean flagelos de ácido en las sensaciones, todo afuera de mi piel se difumina y las notas de la verdadera soledad funcionan en repeat.

Como en aquellos viajes en autobús: viaje Puebla-algún solitario lugar de Guerrero, solitario como todos los lugares abarcados.

Me ha dado por pensar en esos momentos, ahí, justo cuando el segundo camión del transbordo salía de la terminal del sur capitalino en medio de la luz que moría. Con el alumbrado público a los flancos del camino parpadeando al compás del aire viciado, con los guiños de los faros en los automóviles velando los rostros de los ocupantes, transparentando sombras de dummies en un extraño rodaje urbano-desértico. Un claxon y el ronroneo del motor.

Los autobuses me causan melancolía infinita, esa sensación de suspensión en el tiempo, recuerdos de viajes en la niñez y premoniciones de separaciones futuras,despedidas que apuñalarán la espalda.

Los viajes y yo llevamos una relación cercana al odio. Pocas veces espero con ansiedad el destino, pocas veces he creído que el ánimo subirá mientras abordo algún vehículo. Tan sólo puedo verme flotando en el transcurso que llamo mi vida, cambio de espacio sin destino en acción.

Flotando, esperando que las corrientes del destino sean sabedoras de rutas. Espreranza sobre mis pasos, rogando para que sean más sabios de lo que hasta ahora he podido descubrir.

Travel girl en frustración.

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domingo, 4 de julio de 2004

En esta ausencia que respiro...

Es un domingo en que el día de mañana no causa alergia y permite cantar en voz baja historias que se apropian, claro que yo he vivido lo mismito, que el autor debe conocerme.

Pero son los años muchos y las valentías pocas. Aún hay tiempo. Ya lo remediaré/remedio. Conjugamos y mezclamos los tiempos y cambiamos los pronombres y los nombres, así como mezclamos nuestros sabores y preparamos un elixir que cura esa alergia que tenemos hacia el mundo.

Porque somos amargos que hacemos azúcar, y cuando lo descubrimos nos reímos de complicidad e incredulidad por haber descubierto la combinación que nos muestra tal cual somos cuando estamos de frente, interiores exclusivos de los que amamos, cuando tiramos las veladuras de nuestros carnavales de funeraria que empleamos para el resto.

Regreso a mi mañana, y me doy cuenta que creo hablarle a alguien cuando no está, pero yo sé que cuando aparezca descubrirá mi remitente.

Sigamos con el día. Que aún cuando él sigue en la distancia, me siento acompañada.

viernes, 2 de julio de 2004

Bonito.

Quiero escribir una bonita anécdota para incluírla en este bonito espacio.

Comenzaré con una bonita mañana que al correr mis bonitas cortinas me hizo emitir una bonita sonrisa.

Cuando pisé las bonitas losetas frías decidí usar mis bonitas pantunflas, pero no me dí cuenta que mi bonita mamá había encerado el bonito corredor.

Ah qué bonito madrazo me dí.

Mantra.

Es un buen día, un buen día, buen día.

Que la conciencia sea una cinta magnética que grabe los deseos y los reproduzca en formato realidad.


Pero nena, crece y enfréntate al mundo cruel, crudo y cruel.

No me motivas mucho a seguir.

Y lo que te falta.

Mala cosa.

Qué débil.

Es un buen día, un buen día, buen día..

jueves, 1 de julio de 2004

Caleidoscopio.

De repente quise un caleidoscopio, he buscado uno por todas partes (entiéndase por miles de sitios en internet, porque el calor es demasiado para salir de casa, o la lluvia, o el frío...) y he fallado para conseguir uno palbable, de carne y hueso (de plástico, metal, cristal, guarever).

Pero he encontrado 2 sitios que sirven de catafixia (catafixia y lullaby son mis pañabras favoritas el día de hoy), así que si vos (vos: 3a palabra favorita) buscás lo mismo y no lo encontrás, apachurra los siguientes links:

Caleidoscopio uno.

Caleidoscopio dos.


En la opción dos los pasos a seguir son:

º.º.º.start.º.º.º
º.º.º.elegir puerta tres [the lab].º.º.º
º.º.º.project 3 [kaleidoscope].º.º.º


Disfrutá.


P.d. A esta hora respondo menos que nunca a la sarta de incoherencias que suelo decir, escribir y/o pensar.