Hay un quinqué, sí quinqué, porque somos antiguos, y hoy estamos sordos. Quiero un candil, cómpramelo, quiero un farol, que tenga una adición de vitral, vidrio coloreado encerrando una llama bailarina. Hagamos sombras. Amemos la luz y la oscuridad. Todo.
Pero no escuchas, y mi voz se distorsiona sin poder saberse más.
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