jueves, 22 de julio de 2004

Quisiera encontrar muchas cosas en este momento, tenerlas frente de mí y no sólo pensar en ellas, pero es imposible, la noche crece y la fatiga no viene. El insomnio mientras se piensa sólo en lo que no se tiene es cansado.

Podría hacer unos hot cakes, tengo hambre, pero no hay harina, ni miel, ¿ y de qué sirven unos hot cakes sin miel?, ya no pedir de mapple o los waffles de un buffete compartido en familia en los viajes que la memoria ya deslava.

Es hora de... nada, porque no sé qué hacer, ni qué decir, ni a quién llamar, o sí, sí sé a quién podría hablarle en este momento para que el ánimo saltara del bache en que cayó, pero es imposible. Maldito dinero, que ni tan maldito al final, bendito lo llamo y quizás venga hacia mí.

Mala noche, mala noche, sí. Dios, lo que me hace recordar la desesperanza.

Tomaré una revista de chismes y la desgracia ajena me hará sonreír. Espero.

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