martes, 30 de noviembre de 2010

Adiós Noviembre. Hola Diciembre.

Querido blog, está tan démodé disculparse contigo por no visitarte que ay, nunca lo he hecho, sobre todo cuando fue pecado vergonzoso tipo esqueleto debajo de la cama, pero cómo decirte que te amo, cómo decirte que te amo y aunque me hayas dejado ir a probar otros labios  te he comparado hoy como siempre, la verdad no saliste ganando pero más vale pájaro en mano que ciento volando.

Nada más vine a decirte que no he hecho "mucho emocionante", así nada más, nada "mucho emocionante", a excepción de ir al Df para ver Harry Potter and the deathly hollows part. 1 (qué bilingüe), a mí sí me gustó y me falta ir otra vez para verla tres veces como debe ser, y ya, tan tán.
No llores demasiado, te prometo de findeaño que en diciembre vendré más. Sí, sí, creéme y no llores, te dejo unos pañuelitos y $10.00 para que te compres dos Carlos V, ahí me guardas uno pa' cuando regreses.

Te cuidas, besito-muá.










viernes, 5 de noviembre de 2010

Inquilinos que desean un concierto perpetuo.

Que nadie rente la habitación de arriba, no ves que los precios están por los cielos, ahora nos falta para el pan. Comeríamos pasteles pero andamos de anticursis alérgicos al merengue pero no al charlestón. Ay, eso ni fue.

Ellos tienen un par de gatos que compraron para alimentar y darles libertad, la necesidad paternal es cubierta con un perro café oscuro. Ella dice que parece de peluche aunque de pedigree no tiene ni la marca del alimento.

Él aprendió a cultivar especies en la cornisa de la ventana que colinda con otra ventana, tan Friends pero sin el glamour de Nueva York. Juntos ven el canal donde chefs hacen que recetas imposibles parezcan posibles. Nunca han ido a comer a un lugar donde el plato cueste más de $300.00, tan burgueses.

Acaban de descubrir que les gustan las baladas de los 50's, las gringas, esas con toques de cabaret y guiños de ritmos latinos. Ella quiere rentarle un smoking que combine con sus peep toes. Él está a punto de decir que sí mientras canta que es italiano o algo así.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Conformismo aceptado.

El verdadero terror es sentirme derrotada ante las circunstancias, lo acabo de descubrir, el conformismo puro, la aceptación a preservar un estilo de vida es lo que aplasta todito mi ser. Aún cuando pareciera lo contrario ya que no me distingo precisamente por ser una persona activísima, si alguien pudiese recriminarme me defendería diciendo que mi físico permanece quieto mientras mi deseo se conserva en una eterna indecisión.

En un capítulo de How I met your mother que acabo de ver, los protagonistas entran en un estado parecido, en el que viven situaciones que no eran las que consideraban ideales en sus épocas de juventud e inocencia perpetua. Cuando por fin comienzan a aceptarse en un rumbo distinto al que planearon, en especial el caso de Ted Mosby, resurgen oportunidades para enfocarse en la meta olvidada. Ahí es cuando aparece el dilema de dejar algo que se aprendió a querer, la elección entre el confort o el trabajo excesivo de un quien-sabe-si redituable reinicio.

En realidad no me encuentro en ese punto, casi siempre tengo varias oportunidades, pero ninguna abre la puerta exacta hacia el sueño dorado que debo confesar con algo de vergüenza he olvidado exactamente qué es. Quiero creer que eso no es totalmente malo, lo que conservo son los apuntes y ahora me toca volver a trazar el esquema, sólo que he aceptado que hay lineamientos de los que no me puedo deshacer.

Quisiera decir que he aprendido a ser feliz con lo que tengo, tema que traía en mente cuando comencé a escribir, pero si quiero ser totalmente sincera, confieso que estoy terminando estas líneas sin distinguir la frontera exacta entre conformismo o adaptación. Claro que a estas alturas de la vida este hecho me aterra, ya no soy una joven promesa, pero vamos, esto no se acaba hasta que se acaba y el letrerito de FIN afortunadamente todavía no me llega, si así fuese preparen una nutella de 5 kg. que eso quiero que me pongan en mi ofrenda, apréndanselo muy bien.

martes, 2 de noviembre de 2010

Sin tema.

En octubre (casi) nada puede salir mal, siempre ando pregonando que el ambiente de otoño se siente diferente aunque mi hermana me tacha de exagerada mientras nos abanicamos y limpiamos el sudor que provoca nuestro clima tropical.

Octubre se terminó y nunca terminé de explicar que la incidencia de los rayos solares provoca sombras distintas y que las lunas son las más bonitas del año y que podíamos disfrazarnos pero no lo hicimos. Podría lamentarme por otro año sin peluca rosa y sin carro con el que podría haber visitado las tumbas y ofrendas que este año se me pasaron de lado.

Suspendí un viaje a las tierras con pan relleno de queso y espolvoreado de azúcar, me perdí la niebla y el frío aguantable, pero sucederá, con tantita suerte en este mismo año.  Lo que sí pasó fue que participé en la elaboración de una ofrenda, mi encargo fue encender el carbón que quemaría el copal, mis pobres brazos recuerdan la debilidad de una vida sin ejercicio. Aguanta corazón, que faltan dos meses y son mis favoritos. Así de simple, como el hecho que me he vuelto fan de Can't help falling in love y Always in my mind, a la vanguardia... siempre.