lunes, 26 de enero de 2015

Nightcrawler


Mientras veía Nightcrawler recordé American Gods de Neil Gaiman donde los medios pueden ser los dioses de la actualidad. Si fueran personas tendrían claros rasgos sociópatas.

Dar la nota es lo importante. La empatía hacia las tragedias suele borrarse para creernos afortunados mientras vemos la nota roja, desayunamos jugo de naranja y pensamos "suerte que no fui yo".

Jake Gyllenhaal dirigido por Dan Gilroy logra un personaje que lo mantiene en el top de los actores de su edad. Las tomas de los suburbios de Los Ángeles en la noche me parecieron melancólicas y sacando la belleza de la fealdad que existe en ellos.

Urbana, mediática y con un ritmo que mantiene la atención en todo momento.

Wild


Wild es una especie de road pedestrian trip (¿uh?) donde la interpretación es simple pero poderosa, tan simple que no ahondaré en ello pero conecta con esa parte en que todos perdemos, así es, el camino.
Hasta la final de la película vi que es una novela de Nick Hornby y qué bueno porque había amado About a boy y High Fidelity pero A long way down me había roto el corazón por lo mala que es. Aquí entra de nuevo a mis favoritos y le digo que no se vaya más.
Ahora sólo quiero volverla a ver en cine porque tengo corazón de papá, ese que dice "tiene bien bonitos paisajes" y saben qué, a veces los padres tienen mucha razón (sino pregúntenle a la protagonista).

Boyhood

Richard Linkater repite la fórmula de contar una historia en tiempo real. La infancia que se abandona a los 18 años ocurre con mayor claridad para el público estadounidense, porque vamos, en sociedades como la nuestra los hijos podrán tener 30 años y seguir viviendo con los papás.
Esperar 12 años para filmar el envejecimiento natural de los actores (mucho más impactante en los niños) resulta interesante como ejercicio, aunque desde mi punto de vista no aporta mucho a la historia. Pero se aplica el dicho (medio violento) de que "quien pega primero, pega más fuerte".
Bonita pero quizá no para todos los gustos, si odian las películas donde parece que "no sucede nada" quizá deba pasarla de largo. Si son de biorritmo lento y vouyerista de vidas ajenas para apropiárselas como yo, quizá la disfrute.
Lo más rescatable, aparte de ver crecer a los niños son las actuaciones moderadas y por lo mismo nada fáciles de lograr. Mi favorita: Patricia Arquette.
Yo quiero ser los colmillitos de Patricia Arquette.
Y ya, fin.