Cansada de mis pláticas con seres transparentes busqué la opacidad de un ser real, tomé mi gabardina y salí a la calle a buscarlo, seguí un camino recto por 3 cuadras y giré a la izquierda, creí que no lo encontraría pero de repente lo ví ahí, caminando hacia mí, mis latidos aumentaron y sentí que el aire me faltaba, estaba a punto de entrar en un estado de ansiedad, el frío sudor de mis manos me avisaba mi grado de emoción, por fin tendría quien contestara mis preguntas sin ser un simple espectador como aquellos que no reflejan color, dándome su opinión y contándome un poco de su ser...Respiré y noté que había detenido mi marcha, así que animé a mi paso izquierdo a andar, obligando con amenazas al derecho y reanudé mi caminar, la distancia entre nosotros se acortaba, él pasó a mi lado y su hombro rozó el mío, no tuve el valor de decirle que lo buscaba y bajé la mirada contando las grietas de la banqueta, para continuar el camino a la falsedad teatral de mi presente.
Mi compañía de personajes de teatro vacíos nunca supo de mi intento de abandonarlos.
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