Algo que no pensaba volver a hacer, quería demostrarme algo: mi fuerza de voluntad. A veces siento que es una imposición para saberme fuerte, pero no necesito de esa autovaloración, sólo quiero hacer lo que me haga sentir bien, para disfrutar así mi día y no amargarlo con una lucha interior que al final no servirá de nada.
Después de todo lo que hice no cambia el destino de nadie (o al menos eso espero), ni enreda más nudos en la maraña de pensamientos que tengo ya, quizá hasta me ayude en mi afán de desanudarlos, o tal vez no.
Tal vez sí, tal vez no, para qué me engaño, en realidad no sé las consecuencias de ese "hacer" que a decir verdad fue impulsivo, y todas estas palabras son sólo un intento para justificar el hecho irrefutable de que no me arrepiento.
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