viernes, 28 de marzo de 2003
Hoy decidí volver por calles desde hace tiempo olvidadas, como una forma de correrte de mis pensamientos. Imaginé que el simple hecho de calcular distintas alturas al bajar una banqueta, de enfocar el destello de sol en un ángulo diferente, o de fijar mi atención con detalle al cruzar una avenida más concurrida te echaría de mi mente, pero a lo máximo que llegué fue a desfragmentarte, por más que lo intento ya no puedo reconstruirte en un todo. En una especie de fotografía mental hecha pedazos imagino el huesito desviado de tu nariz, las pequeñas líneas negras que salen como rayos de tu pupila, la forma tan peculiar de tus dientes, un lunar que aunque no tiene nada de especial lo mantengo como una placa de hierro fundiendo mi neurona no. 84,572, el aroma de tu perfume (aunque eso no es nada especial, 3 de cada 5 hombres lo usan...¿acaso es un complot?, odiada moda, nunca has estado de mi parte), el tono de tu voz cuando intentabas escucharte serio, la forma en que tu mirada se perdía y me hacía saber que pensabas en ella, tu estar aquí y a la vez en todas partes, la forma en que nuestros colores favoritos se mezclaban el mejor día que pasamos ...de alguna manera no sé cómo reaccionar a este rompecabezas que ahora tengo de tí, no decido aún si quiero que las piezas se vayan perdiendo en el polvo de los días por venir, o si anhelo buscar la forma de resolverlo para mantenerlo en el fondo de un cajón y poder observarlo y sonreír cuando la silueta de humo que olvidaste se vuelva realidad con la llegada del verdadero ser destinado para mí.
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