martes, 18 de marzo de 2003
Hoy desperté con un sobresalto, parte de mi rutina mañanera consiste en estirarme y y tirar la sábana que yace enrollada en la parte inferior de mi cama, enseguida mi pie pierde contacto y sale de la superficie que le daba apoyo, de esta forma sé que mi día ha iniciado. Pero esta mañana por más que me estiré, mi pie no alcanzaba el borde, al doblar mis manos sentí mis dedos más pequeños, al tocar mi cara la sentí con una suavidad perdida tiempo atrás, por último percibí un flequillo en mi frente que dejé crecer hasta desaparecerlo desde los 10 años, sobresaltada me incorporé y me ví en el espejo, lo que yo temía se hizo realidad, mis últimos 12 años de vida no eran más que un sueño en una noche de mi infancia.
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