Cifras y estadísticas frías, congelan el alma y los sentidos, peligro de anestesiarlos y pasar por alto la magnitud del dolor y la miseria, como una grieta en la banqueta que se pisa sin preocupación de lastimarse, sólo perceptible cuando envilece nuestro campo visual. ¿Cuándo se comprenderá que detrás de cada rodar de ese contador existía una vida, un anhelo, un temor, un sueño y una pesadilla, una esperanza que murió con su dueño?. El poder sabor a sangre. ¿Podrán dormir en paz?. Espero que no.
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