(...)Se rompe el silencio cada amanecer,
(...)es el golpe de tus zapatos en el concreto,
(...)no hay resistencia ante el sonido,
(...)se derrama de la calle que te aloja a la cama que me cobija,
(...)me despierta para hacerme saber que eres tú.
(...)Alejándote, cumpliendo tu destino diario, rutina.
Anochece y la pulsación en la acera se repite (...)
Renuevas mi esperanza...Mañana si me atreveré a enfrentarte.
Es tarde.
Tres meses ya en un mundo mudo. Coraje tardío.
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