miércoles, 9 de abril de 2003

(...)Se rompe el silencio cada amanecer,
(...)es el golpe de tus zapatos en el concreto,
(...)no hay resistencia ante el sonido,
(...)se derrama de la calle que te aloja a la cama que me cobija,
(...)me despierta para hacerme saber que eres tú.
(...)Alejándote, cumpliendo tu destino diario, rutina.
Anochece y la pulsación en la acera se repite (...)
Renuevas mi esperanza...Mañana si me atreveré a enfrentarte.
Es tarde.
Tres meses ya en un mundo mudo. Coraje tardío.

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