Rojo y café combinado en el pelo, amarillo, negro, blanco y más café en los ojos, brillo y opacidad en la mirada y el vaivén del caminar, presencia y ausencia, anhelo de olvido y búsqueda constante, apatía y planes ambiciosos, refresco con hielos y un trozo de pizza crujiente. Hoy es el día en que se combinaba el mundo, tomando la plastilina roja, la morada y la verde, primero una y luego la otra y la otra, en orden, con la mano derecha arranca un pedazo del bloque y lo amasa hasta formar una especie de cilindro muy alargado, una viborita, repite el procedimiento dos veces y con las tres tiras forma una trenza mal combinada pero alegre. Completando la conjugación del mundo sigue con la mezcla de ideas, nadar a traves de pantanos y hundirse hasta llegar a China, chorreando lodo abrir la boca ante un templo dorado y después probar tallarines con el refresco que al mediodía sobró...occidental y oriental, auténtico y avallasadoramente comercial. Simbiosis (saboreando la palabra).