sábado, 24 de mayo de 2003
...Y cuando vio que la luna llena perfecta antes vista en la silueta del árbol había cambiado hasta convertirse en una imagen amorfa y silvestre, se dio cuenta que los años habían pasado. Ya no era una niña, ni una adolescente, ni siquiera estudiante. Tendría que enfrentarse a tantos cambios, y a pesar de tener impuestas algunas actividades por cumplir a manera de metas (palabra no favorita, quizá si... metas – matas – mutas) así lo veía, matar su anterior interior y mutar. Todo y todos parecían señalarle el reloj y el calendario ordenándole un desvío en el camino, ¿derecha o izquierda?, ella quería quedarse estática. Sentarse en la grava y escuchar, y ver, y oler y recordar… y quedarse tal cual…pero no.
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