He asistido a un curso de… ni siquiera recuerdo el título de tal, creo que intentaban hacernos apreciar algo. La sesión iniciaba a las 4 pm y al final de 6:30 marcadas, mi mano sostenía mi barbilla y mis ojos entrecerrados pretendían disfrazar mi aburrimiento con una mirada entrecerrada (biaclaración) de comprensión o asombro, la verdad no creo que el profesor (le llamo al señor que hablaba enfrente de su 4 “alumnos”-yo uno de ellos-) se haya creído mi actuación, al final no creo que le importara demasiado, o quizá sí, podría ser la razón de su voz disminuída y el vislumbre de una lágrima al final de la clase.
De todos modos volveré, y no es que sea masoquista, pero se me ha olvidado la compañía de gente desconocida, no familiar, he olvidado las opiniones y los cuentos de días vividos dichos de boca a frente. Ésta es mi oportunidad de volver a caminar a un rumbo con un fin, llegar a un destino para realizar una acción, despiste al continuo deambular para aplacar el ocio de una muchacha titulada y sin empleo.
Ah sí, acaso también influye el lugar, amo los muros de concreto desnudo, y con marcas de cimbrado, aún más. Fresco.
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