Recorremos las tiendas, chocando pasos por nuestro caminar en zigzag, padecimiento mío que te he contagiado en este tiempo nuestro.
Rápido giramos la cabeza, viendo aparadores, y entre las manos periódicos con anuncios clasificados, buscamos con esperanza ofertas.
Hasta ahora: 13 horas con 38 minutos, NADA, no se venden réplicas nuestras. Una lástima. ¿Quién hará el dinero sustentador con frente sudada mientras nosotros disfrutamos?.
Hey, gira a la izquierda, en el Palacio (herrumbroso) nos falta buscar, ¿aceptarán billetes de fantasía?... Demonios.
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