viernes, 1 de julio de 2005

Subiendo por una esquina la sombra crece y el ruido de motor viejo llena los oídos, yo, dormida boca abajo siento el dolor que sube por toda la columna vertebral, karma del nombre, alguna vez me dijeron, ¿y el sueño así? el que está en el precipicio de la vigilia. Dicen que son alucinaciones normales, siento que me mienten, que me ocultan la verdad. La locura traspasa otra generación. Esas manos que ahogan enmedio de la noche no pueden ser de mentira.

El amanecer ocurre y el transcurso normal del día ahoga la anormalidad.

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