sábado, 9 de julio de 2005

Es tarde...no hay luna más, ni amores tiernos

dice la canción sin luna, y con el constante apego a las letras que antes me acompañaba en la soledad de épocas pasadas,era cada canción, pienso, cartas proféticas, barajeadas lentamente para este ahora , cuando una noche del poeta se ha vuelto mía. Aún cuando mis circunstancias sean otras, la mujer de aquellas historias suelen ser perfectas, o casi, y este casi, el mío, se acerca más a la categoría cero.

Estoy siguiendo el compás de un aire rancio,en mi celda de reclusión, en esa pobredumbre aprendí a flotar. Equivocación. Lo que se necesitaba era abrir la ventana, y que el remolino de afuera se llevara toda la mugre. Pero puede más el miedo de que la Dorotea no sea llevada por desmayo a descubrir que el cumplimiento de sus deseos provienen de su interior.

Tal vez se necesite empezar poco a poco, crear un agujero, con las uñas cortas rascar la pintura, el yeso y el tabique, capa por capa.

El viento limpiador: dosis pequeñas.

2 comentarios:

  1. Leo con atención tu diario y me parece que no hay drama, sino más bien un reflejo de lo que proiene del mundo. Sólo estás un poco contagiada del absurdo que enferma nuestro entorno. Necesitas dosis de egoísmo, darte a ti misma lo que no proviene de afuera, cerrarte como parte del proceso de crecimiento y dejar paso al aire, a la lluvia que tanto te encanta (sí, esto también viene del exterior, pero es un devenir, un porvenir inmune, no atacado por lo humano), aprender de estas formas naturales de curarse el alma. Ya, ya, sé que curado es lo que digo, pero sólo es parte del mensaje. Nadie está solo nunca, por más barreras que en apariencia impidan la visión de los otros, de nosotros. Pero aquí estamos, somos bastantes los que creamos la Legión de los Solos. En fin. Estamos en contacto. Cualquier cosa, ya sabes, escribe. Estamos atentos.

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  2. Gracias por el consejo Arturo, seguimos en el intento. Me gustó mucho éso de darle paso al aire, a la lluvia, es muy cierto, por lo general me cierro en mi ostra y no hay quien me saque. Un saludo.

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