Cielo escogido
Hace un par de días leí un artículo en la revista Arquine con el título que ahora sustenta ese post. Se refería a la conservación de la Casa Barragán en el DF; no es que la edificación estuviera cayéndose por descuido o falta de presupuesto, son las alteraciones a las vistas que el ingeniero con alma de arquitecto había procurado crear.
Es sabido que Luis Barragán detestaba los ventanales a diestra y siniestra, su anhelo era crear la panorámica perfecta, aislando la casa-habitación, levantando muros que separaran lo bello de lo desagradable, tirando muros recién construidos, que trasladados del plano a la realidad no daban el efecto deseado, creando vanos que permitieran el juego de la luz con la sombra y colores que vivificaran atmósferas. Amante de lo visual.
La problemática actual del patrimonio que representa su vivienda convertida en museo, es que se han infringido reglamentos de construcción en los terrenos colindantes, levantando edificios sin calidad arquitectónica, que irrumpen sus tan anhelados cielos escogidos.
Sin duda una frase que me sorprendió, ¿escoger el cielo?, al menos el visto por algunos instantes, al caminar fuera de nuestra casa o rincón favorito esto ya no es posible, numerosas imágenes nos atacan lo deseemos o no.
Elecciones. Elegir con quién compartimos nuestra vida, elegir nuestro trabajo, elegir nuestros gobernantes: Elegir la manera de vivir.
¿Hasta dónde es posible ejercer el libre albedrío? Quizá solamente en una forma parcial.
De cualquier modo a mí me dejó pensando, no recuerdo cuántas veces me he quejado de lo que tengo, pero creo que el tiempo quejumbroso supera los instantes en que dedico para responderme una sencilla pregunta:
Después de todo antes de tomar impulso para correr, es necesario saber la dirección.
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