jueves, 11 de diciembre de 2008

Another december day

Un día como hoy pero años atrás, cuando la preparatoria se encontraba en mis deberes (uuuh) era la madrugada más ruidosa de mi calle, mañanitas con banda y coros de niños cantando desde las no 6, no 5, sino...¡ 4 de la mañana!.

El chiste es que por los rumbos de mi casa a pesar de haber como 4 consultorios médicos y dentales, un jardín de niños y harta casita familiar existe una cantina antiquísima, cuya dueña original se llamaba Francisca (a.k.a Doña Pancha) cuyo hijo cumple una condena perpetua en Estados Unidos, razón por la que la señora organizaba una novena para la virgen de Guadalupe® que culminaba con una fiesta con toros de fuegos pirotécnicos, comida al por mayor y hasta un palo encebado coronado de vajillas de peltre, cubetas y se dice que dinero.

La señora murió hace unos pocos años y la tradición se perdió.

Mañana despertaré a las 9 ó 10 como lo he hecho las últimas semanas. Mientras tomo un merecido descanso después de pintar una parte de la recámara de mis papás (se renta arquitecta como pintora, cómo no) y escucho a Elvis Presley con su canción Can't Help Falling in Love, porque gracias a Coca-Cola y su mercadotecnia sensibilera que ah-cómo-me-gusta-ni-modo y a su crepúsculo justo como el que veo en estos instantes se ha convertido oficialmente en una canción navideña para mí.



1 comentario:

  1. Tu entrada sólo podrías ser coronada con la foto de un peregrino sosteniendo en una mano una imagen de la virgen de Guadalupe® y en la otra sosteniendo, con la misma devoción, una coca-cola. Lástima que no tengo cámara.

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