Fue un día en que el vestido de graduación fue comprado, después de caminar por tres horas quería presumirle a alguien lo que había encontrado, ese día me vería bien, lo creía de verdad. Te conocí cuando mis suspiros estaban por extinguirme, y la
aorta fracturada amenazaba con volver mi producción de azúcar en ácido eterno, me salvaba la creencia que después de ser un título todo estaría bien, y me equivoqué, mi vida no se solucionó ni se volvió fácil, ni me encontré mil oportunidades a la puerta. Pero mira, ahora estoy a punto de glasearme y resultaste el mejor aplicador de yeso cardiaco, quién diría que todo cambiaría con mi afán de presumir mi vestido, una noche de chat y tu segundo "hola" en mi lista de contactos, el primero que te pude responder.
La yo como y en donde te conocí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario