La tristeza se le pega como polvo convertido en mugre por los años cortos y el exceso de lágrimas. Con la compañía de un tocadiscos viejo, girando los dedos que envuelven cabello al ritmo de nanas que no alcanza a comprender. La imagen falsa de madre (iluminada con colores del corazón dirían los falsos optimistas).
La realidad es el abandono, la angustia de quien se sabe sola, la que aplasta cualquier idea de poesía que difumine su realidad. Acá no hay belleza, una niña no debe llorar así.
~ººº~
La sed agota los recursos que tengo a la mano. El garrafón no puede exprimirse más y las dos monedas de veinte centavos no atenúan mi nombre en la lista negra de la miscelánea. El agua de la llave corre conun olor extraño que golpea mi sentido común. Muero con la sequedad en la lengua y las comisuras de la boca.
Resisto de milagro. Si tan sólo la vergüenza de pedir un favor al departamento vecino fuese vencido... O la muchacha tímida morirá deshidratada.
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