Era un post-it desperdiciado. La muchacha siempre perfeccionista (según ella) lo desdeñaba por tener una esquina doblada.
Pobre hoja amarilla, más amarilla que los demás; era la bilis derramada por un hígado plano de papel.
¡Discriminación! -grita eufórica la hojita- Los arrugados también hacemos recordar.
Silvio perdió un unicornio azul. Yo presumo que tengo cuatro... y de diferentes razas: uno es negro, otro azul, la hembra es roja, y un alienizado verde se cuela también. En este escritorio aceptamos la diversidad, sobre todo cuando de mitología papelera se trata.
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