Comienza el verano, y el día es el
m á s l a r g o d e l a ñ o, quisiera que me importara,pero sólo lo recordé mientras veía a través del ventanal y sacaba copias en una máquina que ronroneaba.
Me puse menta y yerbabuena en la piel adolorida, crema en la cara y me recosté, todo después de un baño caliente a las 9:00 de la noche cuando la luz apenabas comenzaba a ponerse gris. Recordé de nuevo el día largo.
No hay más qué decir, no opino de nada ni describo nada, porque la luz en mí tiene días muerta, y sin funeral. No estoy triste, y quejarme ha perdido su lado entretenido.
Mejor escribo que una llamada telefónica interumpió el tecleo, no era la persona que esperaba y colgué, como quisiera colgar todo, estos días que... (basta) y buscaré un nuevo outfit.
lunes, 21 de junio de 2004
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