lunes, 8 de marzo de 2004

08031999

Hace 9 meses que salí de la universidad, y hoy sentada ante la pantalla me sorprende el pensamiento del tiempo transcurrido, ya sé que esta sensación no tiene nada de nuevo para nadie, pero cuando llega de golpe el hecho de que nunca pisarás un aula de la misma forma que antes, con la irresponsabilidad, desfachatez y valemadrismo de la juventud (ay ya sé que 80 años no tengo, pero vamos las responsabilidades y visiones son otras) no puedo evitar más que una especie de suspiro.

Hoy es 8 de marzo, y contrastando la celebración femenina con los recuerdos, mis imágenes mentales no pudieron más que remontarse a 1999, cuando mis compañeros de mi primer salón de Arquitectura no llegaron a clases, todas las mujeres nos indignamos por no haber sido invitadas a la farra, cuando de repente tocaron la puerta de aquél salón con restiradores, eran todos los faltantes con un pastel para festejar a sus compañeras favoritas, o al menos eso dijeron, aunque supongo que se debía a que éramos las únicas, ya que no compartíamos tronco común con otra carrera.

Aún así, 5 años después, recordar el pastel sabor vainilla me hace sonreír frente al monitor, y me obliga a echarle un vistazo a algunas historias de recuerdo más.

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