Sigo con mocos pero menos, ayer después de la 1:30 dormí y dormí y en la noche volví a dormir.

En el camino que va del trabajo al lugar en que vivo hay un sapo muerto, al principio sólo le faltaban los ojos y estaba algo viscoso, ahora se ve apergaminado y ha comenzado a desinflarse.

De verdad, de verdad quiero irme, pero no tengo a dónde.

Tres compañeros se están volviendo fans de Harry Potter, justo a tiempo para el último libro, yo ya lo aparté.

Trabajamos para la marina, el capitán me preguntó si estaba mejor de mi resfriado, que en la cara se me veía que no mucho, una cosa así de simple me hizo sentir mejor, después de todo sí se darían cuenta si algo me pasa. Recordé al sapo, no sé por qué.