Llego corriendo a la oficina después de mi "hora del almuerzo", qué más bien consta de "agárrate un ratito donde no haya nada qué hacer" para salir a caminar un poco y dejar atrás el calor y parsimonioso trabajo que alargas como chicle con tal de no quedarte sin nada qué hacer.
Y sí, es cuando aprovecho para escabullirme por un desayuno que se conforma por una lata de cafeínan fría y una bolsa de papas con queso... Ajá *dejo espacio para la cruda moral por no haberme tomado algo más nutritivo* ya veo porque luego me ando avergonzando cuando me abrazan y mi pancita lechera compañera desde hace 22 años sale a flote (el año de bebé no cuenta), en fin, que en estos días se vale consentirme.
Ciao a la pantallita de new post, (sin saludo porque me cae gordo) trabajo que hacer .
(Ya me quiero ir a mi casa).
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