El reinicio
Ayer hubo un regreso a la normalidad, aquella que se vió interrumpida desde el jueves de la semana pasada, cuando despertarme temprano fue motivo de risa, o sonrisa más bien, la discreción ante todo.
Discreción que eché a perder en una terminal de autobuses cuando esperaba entre las mesas del comedor la llegada de una figurilla alta y delgada (my own personal pumpkin king), seguido por un tropiezo entre maletas (mío para variar) y el contraste de ropa roja y negra cuando el esperado, aparecido se volvió.
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Pero hoy ya no es semana santa, ese jueves queda lejos, la rutina sigue su marcha y me ha aplastado ya el esternón.
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