Regreso al dibujo de planos arquitectónicos, que si no son los grandes proyectos al menos me regresan un poquito la esperanza, no fue tan mala la elección de mi carrera...creo.
El marco plateado de mi libreta Sally/Jack se despinta y una esquina se apachurra cada día más.
Yo pierdo interés, intensidad, ideas, ilusiones. Curiosamente la i se sintoniza frecuentemente. Hace años perdí la costumbre de escribir los puntos sobre las íes, era la moda del salón.
Siempre corto mis frases, en pequeños telegramas se resumen mi cuenterío.
En el trabajo suelo mover los labios para marcar la silueta de alguna canción, casi siempre en español.
Quiero comprarme unos tenis, y unas botas de tacón alto, también unas zapatillas, y unas sandalias de fiesta. Por éso y muchas cosas más sigo en el lugar donde realizo 3 acciones de arquitecta al mes. Hay que ahorrar.
Pero no es tan malo, las enchiladas que llevan al almuerzo saben bien, y de regreso a mi casa puedo caminar, la plaza de armas que diariamente cruzo es un buen escenario para posar los ojos, cada día es diferente. Aunque los sentidos siguen sin llegarme, no como antes. Necesito romper distancias, el tiempo pesa (y no te puedo olvidar...tan tan).
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