Afuera.
Los golpes en la puerta cimbran cada hueso,
haciendo vibrar la caja torácica en la que
se contiene un suspiro de ansiedad.
Que el otro abra y descubra,
enfrentar al receptor de sus desvaríos.
Hablar- físicamente- ínter/sin/actuar.
Primer momento.
Adentro.
Él produce pasos rápidos y gira la manija,
ni una pregunta,
la esperaba desde la última llamada
al bajar el camión que la transportó a la ciudad árida,
ella tenía que llegar.
El momento de encontrarse es.
Su nosotros de frente comienza a rodar.
Los encuentros se describen,
los futuros determinados se niegan a salir.
Habrá que sudarlos en poros propios.
¡Acción!
El té de naranja recorrió la mandíbula
y el cuello,
quemando y lacerando,
trazando un camino rojo que ardía.
Descuido y manos temblorosas,
disculpas por la torpeza
y el pañuelo que se ofrece.
Después de la noticia no había otra reacción.
Querida, la marca de la piel sanará en 3 días.
¿La de tu sentir?
No preguntes.
Sigue respirando.
Después de todo él no lo hará.
Afuera huele a jazmín pisoteado,
¿una galleta para acompañar el dolor?
A mí me gusta mi celebración.
La muerte nos pela los dientes.
Habrá que reflejar.
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