Entre la emoción que provoca la voz de Jarvis Cocker y el enojo que me provocan ciertas relaciones amigolaborales escurre diciembre.
A una semana de regresar a casa por unos pocos días y a uno o dos meses (rogando que sea ya) de que esta obra pichurrienta termine.
A 5 días (Banamex dixit) de recuperar mi tarjeta de nómina y a unas horas de cobrar mi aguinaldo.No le creo al banco y me preparo mentalmente para seguir haciendo filas y más filas frente a la ventanilla.
Entre el disfrute de la soledad y la eterna incertidumbre de hacer lo correcto.
Hay anhelo de un abrigo y nieve, de aquella que caerá un año tarde, cuando ya no me encuentro en el lugar adecuado. En mi isla llueve y las ganas de visitar la playa se quedan cortas ante el tiempo, ya será el otro año, del que falta poco y tengo excesiva confianza de llegar (avión no te caigas).
No todo es tan malo como lo pinto. Es tan sólo que estoy en mi blue mood.
Me gusta tu blog es lindo estar aqui.
ResponderEliminarEstuve viendo tu Flikr y me gusto mucho tu cara, para fotografiarla obviamente, si vivieramos un pais mas cerca, me encantaria pedirte que fueras mi modelo, no tienes un look comun algo muy dificil de encontrar.
Ya me inscribi a tu RSS para que me avisen en cuanto escribas!Y obviamente agrege tu link a mi blog, no por nada, solo por que en realidad me gustan tus Letras Croacantes.
Flores para ti y felices dias.
Au Revoir.
Es emocionante cuando canta Jarvis Cocker, no sólo la voz, las letras. Dos jóvenes con ropa deportiva matan por un teléfono celular. Y de quién es la culpa. Creo que es del los pocos artistas que están retratando nuestro tiempo con honestidad. Es uno de los último poetas.
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