jueves, 21 de diciembre de 2006

Comenzar con el recuerdo de un dulce, algo así como la paleta con ojos y boca de gomita. Continuar con un la desesperanza que es crecer, ya no las hacen como antes, la de ayer tenía el rostro desfigurado. Terminar con la fantasía que permite sobrellevar, así es, la paleta me guiñó el ojo. Guiño, guiño. Como el capítulo de los Simpson que me recordaron ayer, cuando Homero es incapaz de entender la malicia del gesto y termina por perder el puesto en la feria que le fue encargado. Sí pongo atención en las conversaciones, es sólo que a veces la impresora se come el papel y tengo que ir a arreglarla, pero pude describir el capítulo completo, soy una integrante de la s-generation. de los gansitos con bonafina, de las paletas payaso, del basta y el adivina quién.

Heme aquí.

martes, 19 de diciembre de 2006

Wishlist

Quiero una cámara digital, si es réflex mejor.

Me gusta el amor amor, very irresistible y touch of pink.

Las velitas y portarretratos nunca están de más.

Especial gusto hacia el chocolate, oscuro o con leche (evito el blanco).

Las invitaciones a comer o al cine no son rechazadas.

Qué tal una película chidita, un librillo o un vale de mix up (o de cualquier tienda, para qué decir que no).

Alguna cosa de Nightmare before Christmas o Hary Potter siempre es bien recibida.

Las libretas y las agendas (de Pascualina son la onda) acompañadas de un bolígrafo nice.

Cualquier fiesta con música incluyendo o no pastel y a celebrar.

Fan, fan de los anillos para el dedo gordo (que el mío no es tan gordo, más bien largo y algo chuequito) y de aretes o muy grandes o muy pequeñitos, aunque siempre he intentado hacerme de un bonche de pulseras y hasta ahora no lo he logrado, pero podría seguir intentando.

Sí uso pijamas, de pantalón y blusa con mangas (¿qué tal las de mafalda o peanuts de Oysho?)

Después de todo los 26 están por llegar y habrá que buscarle el lado bueno al asunto...pero bah, soy cursi y sí... me gusta celebrar.

: )

P.d. es el 23.

viernes, 15 de diciembre de 2006

Un venado cruza una escuela sin niños. El cejo fruncido del protagonista y sus sandalias me provocan un no se qué, y no hermano, me niego a decir que se parece a tí, quizá un poco, en la mirada, sí, quizá un poco.

Sabes que estás harto de todo cuando empiezas a verle rostro de punching bag a los que antes considerabas agradables, supongo que a mí me han visto el mismo (menos o más) número de veces de la misma forma. Es que sólo quiero a alguien a quién patear, o de menos pellizcar. Nunca me han golpeado y nunca lo he hecho yo, hay cosas que me gustaría probar y en otras situaciones mi bajo umbral de dolor les implora piedad, será por éso que cargo con esta cara de no rompo un plato, y vaya que no lo rompo, tan sólo me gusta cambiar las cosas de lugar (qué light).

Come Armageddon, come!

Habrá que buscarle tres pies al gato de una buena vez.

Lijar una caja grande, barnizarla con barniz mate y derretir ciento veintiún velas rojas, moradas y verdes (temporadita manda). Es que no tengo más nada que expresar.

jueves, 14 de diciembre de 2006

Blue mood

Entre la emoción que provoca la voz de Jarvis Cocker y el enojo que me provocan ciertas relaciones amigolaborales escurre diciembre.

A una semana de regresar a casa por unos pocos días y a uno o dos meses (rogando que sea ya) de que esta obra pichurrienta termine.

A 5 días (Banamex dixit) de recuperar mi tarjeta de nómina y a unas horas de cobrar mi aguinaldo.No le creo al banco y me preparo mentalmente para seguir haciendo filas y más filas frente a la ventanilla.

Entre el disfrute de la soledad y la eterna incertidumbre de hacer lo correcto.

Hay anhelo de un abrigo y nieve, de aquella que caerá un año tarde, cuando ya no me encuentro en el lugar adecuado. En mi isla llueve y las ganas de visitar la playa se quedan cortas ante el tiempo, ya será el otro año, del que falta poco y tengo excesiva confianza de llegar (avión no te caigas).


No todo es tan malo como lo pinto. Es tan sólo que estoy en mi blue mood.

viernes, 8 de diciembre de 2006

Las no verdades.

He perdido la costumbre de girar los dedos como cucharilla revolviendo azúcar en el té, de la forma en que dibujo espirales en una espalda fría en la madrugada y de la manera en que los ojos de niños pequeños y a veces gatos (también pequeños) se hipnotizan por el reflejo de la luz que baila en mis uñas.

El sábado pasado conté hasta cinco mil doscientos treinta y ocho sin dejar espacio entre una palabra y otra (fue en voz alta). Me cansé de esperar, me paré de la banca y me fuí. Aprendí lo que es ser abandonado y despreciado. No dolió nada.

Hoy planeo una fiesta en una playa, de noche, con alcohol y carreras de autos. También planeo un viaje a Nueva York. ¿Qué es lo primero que se cumplirá?. Yo no apostaría.

Perdí la receta de aquel pastel hecho con la substancia más deliciosa del universo conocido y desconocido también: Nutella.

Me he comprado una cartera (porque así le llaman a las bolsas en mi revista Glamour edición española y hoy quiero sonar muy chic) que combinan perfectamente con mis zapatos Manolo Blahnik y me siento completamente segura para Navidad. Creo que simplemente luciré es-pec-ta-cu-lar (gracias crema que mejoró mi derrière *pág 78 edic. oct 2006).

Necesito un café exageradamente cargado de cafeína para poder despertar.
Invitados a la cena, tú y yo. No quiero ir, no quiero hablar, no quiero ser acompañada. Puedo salir sola, caminar y encontrarme con un desconocido, invitarlo a bailar o al cine, decirle que yo pago y que yo me encargaré de verlo sonreír en la oscuridad.

Hoy con mascada y gafas, al estilo de estrella sesentera que sufre, pero mi fin no será un frasco de pastillas vacío y un vaso de agua nunca encontrado no servirá de referencia al homicidio (culposo), a menos que el drama que hagas por no acompañarte llegue a un enlace inesperado.

miércoles, 6 de diciembre de 2006

Ni qué hacer.

Antes de aprender a nadar mi salvación y compañía en las fiestas eran los sandwiches de jamón y los frutsis de fresa y uva.

Los aros salvavidas no eran para mí, cero actitud, ¿qué diría la sociedad?

Hoy con mi estilo crawl tengo el mundo a mis pies.


Salvavidas-in-the-park





Las rebanadas de pavo llorarán eternamente por mi.

lunes, 4 de diciembre de 2006

Tres facturas perdidas es el saldo de una memoria que se cansa de luchar, los detalles se esfuman y el error tras error, tras error, tras error ad infinitum se mezclan en el pánico de ser botada de la empresa de 3 letras. Hay esperancita, pequeña pero fuerte, o eso quiero creer.

Ni siquiera puedo recordar cuando firme de recibido esos papeluchos, aunque no es la causa del posible despido, quizá ni siquiera importe (quizá, quizá, quizá con la imagen de Gael vestido de mujer, no lo puedo evitar).

Puedo decir: Ya no es problema mío, comprueben que es mi culpa, a ver, a ver, yo las entregué,
ellos me dirán: no es cierto,
yo responderé: ah que sí.

Montarse en su macho, le dicen.

Qué soez, qué ingenieril. Ya me lo decía mi director, nunca confíes en aquellos que ensucian sus zapatos. Ja, no es verdad, a mí me da igual, ingeniero, arquitecto, todos somos la misma porquería o el mismo pedazo de bendición, es cuestión de enfoque y de envase humanoide, eso que ni qué.

Hoy no me puedo concentrar. Necesito generar, generar y generar.

¿Ves la crucecita a tu izquierda? ¿la de arriba?, esa misma tengo que apretar...Ahora.

Bueno, 5 minutitos y ya. Lo prometo.