viernes, 22 de septiembre de 2006

Crónica de una vergüenza.

No hay nada más vergonzoso que en plena obra ande uno paseándose después de haber olvidado que ese día era el día "D", justo cuando uno debe llevar cierto objeto rectangular con cubiertas nada discretas dentro de la bolsa.

No hay nada más vergonzoso que quién le advierte sobre dicho evento inesperado (porque las conzecuencias saltaban a la vista, y yo no tengo ojos atrás) sea un hombre al que casi no conoce.

Aunque éso es lo de menos, 30 trabajadores, 5 ingenieros y 1 ó 2 supervisores rondaban por ahí, snif.

La vergüenza fluye y se va, es cuestión de crear coraza.

A lo mejor no muchos se dieron cuenta.




Hay cosas peores.


:(

3 comentarios:

  1. Sono a revista de adolecentes, falto el clasico "tragame tierra" al final del relato, o que fuera el super galan quien diera el aviso.
    saludos

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  2. Jaja, ya sé, y te faltó el "Era el chico más guapo"... pero no puedo decir tal mentira, no era nada atractivo jeje.

    Saludos son...digo sensei :D

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