sábado, 19 de septiembre de 2009

Yo quisiera ser un objeto.

Escogería ser un pisapapeles, para aplastar las hojas escritas con recuerdos o anhelos. Que no escapen ni huyan. Uno elegante y contemporáneo. Aunque, qué tan "moderno" (adjetivo mal empleado) podrá ser un objeto que creo ya ni se usa. Ojalá fuera como el reloj de manecillas, que resulta inútil pero su condición de accesorio con distintos materiales y nivel de refinamiento en la mano de obra le dan al que lo usa una clasificación en la escala de éxito monetario y/o de buen gusto.

O elegiría ser pañoleta, de esas que se amarran a la cabeza e impiden que el pelo se despeine cuando se cruza algún país de buen clima en un viaje de carretera. Con la suerte que atraigo terminaría siendo la de Bridget Jones, esa que se le cae en el camino y le deja un peinado indomable y vergonzoso.

Quisiera ser un columpio, que no se oxide, no se olvide y si llegara a rechinar buscaran cómo arreglarme y no simplemente me dejaran de usar.

O podría ser una taza de chocolate, de perdida una de té o café, de esas favoritas que se mantienen entre las manos en los días que se llenan de suspiros mientras se mira al infinito imaginando un futuro mejor.

1 comentario:

  1. No lo había pensado hasta que leí tu post, así que ... yo escogería ser un espejo, para reflejar aquello que con palabras no puedo expresar, sin duda sería un espejo porque esperaría que con el tiempo perdiera esa habilidad de reflejar para dar paso a ser transparente, para que entonces sin palabras se pueda ver a través mio.

    Saludos.

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