sábado, 26 de septiembre de 2009

Hace mucho tiempo atrás... Era así como intentaría un acercamiento con el público infantil.

Que, qué, qué... De qué hablas pequeña lengua larga, para empezar esa frase pasó de moda y tú de público cuando mucho tienes a esa muñeca fea tirada en el rincón.

Ash, ya cállate que estoy viendo la tele.

Como que tu atención dura un pestañeo, niña jetix.

Uy si a mí apenas me tocó el canal cinco con sus caricaturas después de las 4:00. Es que mira, está Sheldon en la tele y vestido todo de negro, bueno el actor.

¿Y eso qué?

Creo que el personaje venció al actor, hace las mismas muecas y pone carita de sabihondo tonto.

Y lo de proyectarte como cuentista de niños (así tipo Madonna)

¿Así tipo? Obvio que me retechocas, sucker en español.

Me aburres.

Y atínele: cuántas frases hechas y pasadas de moda se escribieron aquí.

Podéis ir en paz este sinsentido se ha acabado.

Demos gracias a...

sábado, 19 de septiembre de 2009

Yo quisiera ser un objeto.

Escogería ser un pisapapeles, para aplastar las hojas escritas con recuerdos o anhelos. Que no escapen ni huyan. Uno elegante y contemporáneo. Aunque, qué tan "moderno" (adjetivo mal empleado) podrá ser un objeto que creo ya ni se usa. Ojalá fuera como el reloj de manecillas, que resulta inútil pero su condición de accesorio con distintos materiales y nivel de refinamiento en la mano de obra le dan al que lo usa una clasificación en la escala de éxito monetario y/o de buen gusto.

O elegiría ser pañoleta, de esas que se amarran a la cabeza e impiden que el pelo se despeine cuando se cruza algún país de buen clima en un viaje de carretera. Con la suerte que atraigo terminaría siendo la de Bridget Jones, esa que se le cae en el camino y le deja un peinado indomable y vergonzoso.

Quisiera ser un columpio, que no se oxide, no se olvide y si llegara a rechinar buscaran cómo arreglarme y no simplemente me dejaran de usar.

O podría ser una taza de chocolate, de perdida una de té o café, de esas favoritas que se mantienen entre las manos en los días que se llenan de suspiros mientras se mira al infinito imaginando un futuro mejor.

Mátenme de risa porque me muero de apatía.

¿Será que repetir una actividad hasta el cansancio lo vuelven a uno experto? Díganme que sí y me harán feliz.

Intento convencerme porque así aprendí las tablas y a caminar, a sacar divisiones con punto decimal en el dividendo y divisor. También aprendí a hacer isométricos y a manejar. No, lo último no, porque nada más he manejado una camioneta con velocidades en un camino de obra donde una que otra olla de concreto y un cocodrilo despistado se atravesaban. Es otra cosa a mi lista de promesas a realizar (ay qué tan cantante español pasado de moda soné).

Intenté aprender a pintar pero me cansé de repetir, intenté ser arquitecta y logré el papelito pero no me lo creo. Es más, afirmo que esos títulos se dan en exceso, de mi generación solo uno o dos se lo merecen de verdad. Debería intentarlo hasta que me convenza pero no sé. Será muy tarde para empezar, ¿si cocino muchas veces seré chef?, ¿si zapateo con hartas ganas saldré en un musical? ¿si escribo sinsentidos trescientas millones de veces podré llamarme...? Es ahora que me doy cuenta de lo ridícula que resulta mi pregunta. Era una llamita y la acabo de apagar.

Después de repetirme una y otra vez lo apestoso del mundo me he vuelto una pesimista bastante buena.


Yeiiii.

Finde de tristeza adolescente.

Pasa la tarde, muere y llega la hora de la noche, lástima que la parte vampira murió. Antes era más fácil ser feliz: las bebidas congeladas, las lluvias, las pláticas interminables y los atardeceres. Vivían los sueños de fotografías, letras y dibujos; apenas sobreviven con vida artificial en espera de la cura milagrosa. Acá la investigadora en vacaciones indefinidas, en esas interminables y llenas de hastío, de despertarse tarde solo porque no se tiene qué hacer. Las cosas mejorarán, uno se dice. La mejora no se busca, se trabaja. ¿Entonces?

Cuando la pega no funciona del todo.

Pediría ser invisible e intocable. Porque si la tocan se deshace en pedacitos que son imposibles de pegar y dejarla igual. Alguna vez pudo considerarse bonita y quizá buena. De tantas reconstrucciones quedó hecha un monstruo. O lo más cercano a...

Villana principiante.

Cubrí mis ojos con una venda elástica, tan solo por el gusto de decirlo- elástica- suena a estiramiento de la lengua y me da algo qué hacer, eso de buscar ser la antagonista de cada historia se hace repetitivo y la verdad no soy buena ni para eso. Planear venganzas, traiciones y echar a perder vidas requieren energía que no tengo.

Llego la hora de caminar a ciegas para adivinar cuántos pasos se dan antes de romperse la cresta. Si a alguien puedo lastimar es a mí misma, aunque sea físicamente para empezar.

lunes, 14 de septiembre de 2009

A dormir.

Con la última prenda limpia que quedaba, la del resorte roto que se camuflajea por tener un holán. Haría a un lado la caja con la pizza a medio terminar si no tuviera tanto sueño. Demasiado para apretar el botón que apague la televisión. El murmullo que me acompañará mientras duermo y el coraje porque mis sueños no tienen subtítulos. Entenderé apenas un poquito más de la mitad.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Quiero tener 6 años menos. Regresar a los casi 23. Aunque todavía no decido, qué es lo que no volvería a hacer.

Empezaría a tomar café sin leche. Terminaría mi carrera y estudiaría otra. Cambiaría el rojo por el púrpura. No regresaría a casa. No me cortaría el cabello. Aprendería de una buena vez inglés. Ahorraría dinero y tomaría un avión que vuele más de 5 horas. Dormiría menos. Aceptaría más invitaciones a fiestas. Diría menos no y más sí.

Puedo empezar hoy. Dentro de 10 años voy a querer tener 28 otra vez.

Espero que no.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Material girl.

Anoche estuve cerca de la lluvia a cántaros pero no tanto, un chipi chipi y la luz que se va porque un jr. camioneto tira un poste con todo y generador. Incomunicación total, sin teléfono porque no tenemos alámbrico, sin internet porque el módem necesita electricidad y sin interés en el celular que se queda descargado y sin saldo. Es como si no tuviera. A pesar de lo que digan aún quiero el iphone pero es dinero que no tengo y si tuviera no podría soltar. Wishlist de cumpleaños (guiño, guiño). Deshecharé el hecho de que sólo tengo dos personas a quienes les sigo mandando mensajes y menos que me quieran localizar.

Pero para el o más bien los objetos de mis deseos más fuertes, necesito frío + dinero (sí, otra vez material girl)


Todo lo anterior lo he dicho/escrito/pensado antes pero estoy en modo shuffle & repeat. Tratando de solucionarlo.

P.d. Acabo de descubrir a Bear Grylls y su programa de "A prueba de todo" en Discovery Channel y todavía no decido si me siento feliz o infeliz por no salir de casa. Ver cómo consigue tomar agua nadar y encontrar la salida en un lago helado y sobre todo su versión de "viscosos pero sabrosos" (click) me hace concidir con Dorothy y decir No hay lugar como el hogar.