jueves, 5 de julio de 2007

Entre cotas

Mide aquí y mide allá, cuantifica, cuantifica. Éso ni es. Cómo de que no, es sólo de encontrar el ritmo.

Debí estudiar algo que no exigiera concentración y paciencia, ¿existirá? Ser monje escribiente no sería lo mío, siento que las catedrales se me hubiesen caído, me habría dedicado a pastorear o algo así.

Ya tengo el cabello rojo o lo que se le parece, dicen como 3 que se me ve bien, a mí me gusta.

No encuentro la emoción y/o pasión a saber cuántos metros cuadrados de plafón, pasta y mármol se necesita para un hotel de españoles que se apoderan de nuestro caribe (sob, sob). ¿Cómo es que te vas Salvador de la compañía?. Pero la caja de ahorro y la semanita exacta en el cajero detienen, decisiones, decisiones... ch-ch-ch-changes!

Quiero zucaritas con leche, quizá con cachitos de plátano, es tan dulce que me quita un poco lo amargoso. No sé cómo ocultar mi cara de "bah, patrañas" cada vez que alguien me cuenta sobre el tercer ojo, los viajes astrales y de rezar para que ahora sí nos vaya bien, pero lo intento, a veces me sale. Me gusta no creer, de verdad, pero me ven con cara de "no sabes platicar de todo ni ser cosmopolita".

Me preguntaron sobre los blogs y yo emocionadísima conté cada detalle, el oyente me regresó mi cara de "bah, patrañas" y mencionó que es gente sin nada qué hacer... ouch, qué hay de malo en éso, si yo no tuviera qué hacer (y contara con una súpercuenta en el banco) no me molestaría gastar cierta parte de tiempo en la red. Desgraciadamente no tengo demasiado tiempo ni dinero y heme aquí.

Vicios ocultos, garantía un año.

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