Hace meses o tal vez años que esa obsesión es menos frecuente, hago menos listas y mis manos se ensucian menos de tinta, sin contar con el obvio alejamiento que he tenido del teclado a no ser por cuestiones laborales (já).
En marzo abandoné mi segundo trabajo y en septiembre el engrane pequeñito que me mudó de ciudad comenzó agirar.
Para el futuro:
Yo sólo sé que octubre, noviembre y diciembre casi siempre son mis meses de esperanza, y este año las lluvias caminando por calles antiguas no llegarán a mí.
Espero sorpresas pero tengo que trabajar por ellas. Ante todo la lucha contra mi estrés.
...Respirando profundo.
y al ataque
al ataque, mis valientes!
ResponderEliminaryo ahorita tengo sueñito... pero si no tambien me lanzaba al ataque...
pero mi aura està contigo.. aura, vete con la señorita!
ciao!