viernes, 6 de enero de 2006

Se levantan las figuras, se guarda el olor de pino artificial y las luces se apagan, se enrollan y se guardan entre bolas de papel periódico. Allá lejos los niños que por exceso de regalos este día fueron sentenciados a no tener nada más. No será así, consentidos de familia pequeña con anhelo de tarjeta Hallmark. Qué hay de malo en éso si la tibieza en las manos y en el pecho dicen que todo va bien porque estamos acompañados.

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Hoy me voy a levantar y quiero comenzar un día que no lastime* y prepararé un postre de yogurt, como aquel que compraba en el aeropuerto cuando una moneda rodó y tres pilotos hambrientos hicieron su obra cortés.

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A los 25 años recibí una queja de tres señores por no avisarles de mi cambio de domicilio, aún así dejaron un regalo en esta frontera para mí. Ah qué tierno.

3 comentarios:

  1. o yo estoy muy pinche sesible o esta post esta muy bonitoo.

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  2. chingon, los niños que viste de seguro ahora ya estan muertos, yo me prepare mi quesadilla con mi jumex de manazana nectar,¿ por que te digo eso?, buen post, ¿yo que se de post?ah chingallos ya la cajetie.

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  3. Digale a armando que le compre un yogurth en Trevly.

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