miércoles, 18 de noviembre de 2009

Insomnio y cine.

Otra vez el hábito del sueño está patas pa'rriba. Duermo pocas horas en la noche y las siestas son demasiado largas para considerarme una persona productiva. Diría que es el frío del otoño pero acá las estaciones deciden no disfrazarse ni diferenciarse mucho unas de otras. Aunque sí, las noches son más frescas y en las tardes la luz es tan ámbar que provoca estar en mi cuarto para que la piel se ponga tibia, algo naranja y se marque con las arrugas del cobertor. He ahí mi excusa.

Hoy cumpliré tres días seguidos de ir al cine, creo que es una nueva especie de récord a los dos días seguidos del fin de semana reglamentaria. La película del viernes fue una no sé por qué traducida como Los fantasmas de Scrooge cuando A Christmas Carol ha sido siempre Cuento de Navidad desde Los picapiedra hasta Rico McPato. Pensé llevar a mi sobrino para verla, pero su mamá me advirtió que el control hacia el miedo no es su fuerte. Creo que fue una buena decisión porque en esta versión trataron de hacer un acercamiento fiel al cuento escrito por Charles Dickens, con un Scrooge más detestable y con mayor énfasis a la problemática planteada por el autor, el contraste de los ricos con los pobres y su explotación acentuada en su época, en el inicio de la revolución industrial.

Ayer fue el blockbuster del otoño, 2012 y su ya antes vista del fin del mundo. Hoy será New Moon que a pesar de ser una de sus principales detractoras no puedo evitar seguir la ola que me arrastra hacia el duelo entre Edward y Jacob.

Hoy tendré otro desvelo y no me queda más que esperar el fin de semana para tratar que mi reloj biológico vuelva a funcionar.


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