martes, 10 de marzo de 2009

De pobreza y otros pesares.

Pude gastar las úlitmas monedas de a peso que me quedaban y me pregunté si la cajera no me aventaría en la cara las seis de cincuenta centavos que pensaba dejarle en su mano con uñas postizas que si bien no son de mi agrado me indicaban que su sueldo debe ser mayor al mío, porque si cuento tantas veces sobre mis moneditas (y de que son las últimas) es porque la crisis ha llegado a mí y pagar por uñas de acrílico y/o gel me parece ahora un lujo inalcanzable.

No sé qué haré cuando mi cortauñas se estropee, después de todo tengo dientes sensibles.

No tengo con quién ir al cine y aunque eso por años pareció no significar un problema, ahora no logro animarme, sacarme y subirme a un taxi que me lleve a ese en donde creen que sólo nos gustan las películas de espantos o de risa (manicurista de mi mamá dixit...porque mi mamá no es tan pobre, tiene para su manicure y para el subsidio de mis alimentos).

Terminé el dichoso curso al que iba todos los sábados, en mi CV se añade una línea que irá dirigida a otro trabajo que tampoco me gustará (los animosos callan mientras yo pregono).

¿De qué hablar? Hoy es martes y hace calor, mañana tendré otro humor.

Pero no tendré más moneditas qué gastar.

P.S. La cajera con uñas de gel o acrílico no me tiró las moneditas a la cara.


4 comentarios:

  1. Yo hablaría de mi pobreza si no supiera que hay tantas personas que leen mi blog y que desean verme sufrir. O que podrían "darle el pitazo" a mi madre.

    Al menos tú tienes capital para andar en taxi paseando en los cines (jaja pura envidia).

    La crisis monetaria se transforma poco a poco en crisis existencial y los comerciales del desempleo me afectan más que otras veces. Hoy me siento identificado con lo que escribes, gracias.

    Saludos!!

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  2. mulder x...

    guacala las mujeres con uñas tipo niurka,de verdad es una oda al mal gusto,pero en fin...

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  3. En mi caso, hace mucho tiempo decidí dejar de dar propinas. Tal vez suene mala onda pues la gente que trabaja por propinas también necesita ese dinero, pero si dejara de ser rentable sería una manera de luchar contra el subempleo. No uso auto y cuando como fuera lo hago en lugares sin meseros o con buffet. Por lo que el ahorro es sustancial.

    Las moneditas ahorradas bastan para pagar mis tarjetas de crédito, lo que minimiza el costo de la capacidad extendida de mi poder adquisitivo. Por otra parte, el costo de las mismas coincide con el presupuesto de mi familia en comida, es decir, si no tuviera tarjetas podría alimentar a una familia.

    Así que dar propinas, pagar tarjetas y comer ya no es una elección.

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  4. :(

    ni modo crisis, crisis, y yo tambien ya proximo desempleado

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