Cada noche recuerdo las 2 ciudades en las que viví antes de regresar a la casa. Memoria olfativa.
La primera ciudad fue fronteriza y al norte, me la recuerdan mi perfume y el astringente que uso, porque se los copié a una de mis roomate en aquella época (en aquellos tiempos, narración estilo bíblico ad hoc a la semana santa que acecha). La historia no tiene más qué añadir.
La segunda ciudad fue caribeña y turística. Llegué con miedo, inseguridad y ganas de tirar la toalla ante un trabajo que se veía agobiante (y lo fue). La primera noche me instalaron en una casa en la que estuve mientras me mudaban a una isla. Fue en el camión, en el avión o en la camioneta, no lo sé, pero la crema acondicionadora para el cabello que llevaba fue apachurrada por varios pares de zapatos que al final no sirvieron de nada. El olor a producto Pantene impregnó mi maleta por meses, cualquier cuarto en el que me instalaba (fueron tres en un mes) olía así.
Hoy cada noche me lavo los dientes, la cara y me paso el astringente (ciudad norteña), la crema humectante y una crema para el cabello que promete reparar el daño ocasionado mientras duermo (ciudad caribeña/isla turística (s) ).
Viajes al pasado adquiridos en el supermercado.
El downy lavanda, todos los oxxos, el cloro de las albercas y el vinagre de los chiles también provocan, no tan fuerte en estos tiempos. Su re-turno llegará.
La primera ciudad fue fronteriza y al norte, me la recuerdan mi perfume y el astringente que uso, porque se los copié a una de mis roomate en aquella época (en aquellos tiempos, narración estilo bíblico ad hoc a la semana santa que acecha). La historia no tiene más qué añadir.
La segunda ciudad fue caribeña y turística. Llegué con miedo, inseguridad y ganas de tirar la toalla ante un trabajo que se veía agobiante (y lo fue). La primera noche me instalaron en una casa en la que estuve mientras me mudaban a una isla. Fue en el camión, en el avión o en la camioneta, no lo sé, pero la crema acondicionadora para el cabello que llevaba fue apachurrada por varios pares de zapatos que al final no sirvieron de nada. El olor a producto Pantene impregnó mi maleta por meses, cualquier cuarto en el que me instalaba (fueron tres en un mes) olía así.
Hoy cada noche me lavo los dientes, la cara y me paso el astringente (ciudad norteña), la crema humectante y una crema para el cabello que promete reparar el daño ocasionado mientras duermo (ciudad caribeña/isla turística (s) ).
Viajes al pasado adquiridos en el supermercado.
El downy lavanda, todos los oxxos, el cloro de las albercas y el vinagre de los chiles también provocan, no tan fuerte en estos tiempos. Su re-turno llegará.
Oye entonces ya no vives en Iguala?
ResponderEliminarUna vez viví en una casa en Veracruz y el asunto fue bien caluroso, no me gusta, sudo mucho y la piel se me hace chiclosa. Quizá si no sudara tanto podría vivir en zona costera.
El olor a producto pantene no es desagradable, es peor cuando traes comida y el olor dura semanas y semanas; o cuando huele a humedad.
El olor a alberca está bien chido!!
Nos vemos Frida :)
mulder x...
ResponderEliminaruno de los mejores recuerdos de mi infancia era el despertarme despues de la siesta obligada de la tarde y oler a tierra mojada...
...era increible xq significaba q x unas horas el calor extremo aplacaria y la tranquilidad hacia mella en mi...