Abre tan despacito el sobre que el crujido del papel me desespera, lo bajito, lo sutil, el shrshrshrshr de las hojas azules desgarrándoses me enmarcan su tibieza con foquitos de color.
¡Dale un jalón, rásgalo, sé mujer y usa azúcar de verdad o café negro, nada de mariconerías!
Es que estoy a dieta y me gusta lo dulce como yo.
Maldita.
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