viernes, 10 de febrero de 2006

En el diván

Qué irascible eres niña.

Ésa soy yo.

Pero dime, ¿cuándo comenzó?.

En la infancia, ser la menor, la única mujer, la llegada en el casi ocaso de la familia, fui una brisa fresca que conseguía todo por un solo gesto triste. Mire, ésta es la cara, ¿no es adorablemente poderoso?, dígame que no quiere cumplir todos mis deseos.

Creo que ha perdido efecto con los años. Pero, ¿cuándo alcanzó su máximo esplendor?

A los ocho, ya sabe, ojos y dientes grandes=ternura mayor

¿Decadencia?

Tal vez en la Universidad, única científica en familia de… ¿cómo decirlo?, vieja usanza de todoprovistoporundiosuperpoderoso. El alboroto debió ser mínimo, pues nunca logré acomodar las conexiones de mis neuronas para pensar como se debe.No me acogieron de regreso. Sola en el mundo.

Una gran depresión, frustración, las muecas de desagrado no tenían como fin que me cumplieran caprichos, al menos de los demás, necesitaba-necesito de MÍ más que de nadie en el mundo. Pero Yo no puedo complacerme.

No puedo.

3 comentarios:

  1. Saludos, soy Ari.

    Me identifico con tu escrito... espero tu visita en mi blog...

    ResponderEliminar
  2. dígame que no quiere cumplir todos mis deseos...

    Los deseos, como los gases, se expanden hasta ocupar todo el espacio disponible. ¿Cómo se llena el Universo?

    ResponderEliminar
  3. Que lindo. La imagen de la niña de ojos grandes y gesto suplicante me provocó una sonrisa. Asi hacen trampa mis duendes...
    Gracias!

    ResponderEliminar