Turiruriru.

Gotas de lluvia en diagonal, el tip tap en el ventanal… turiruriru.

La cera color chocolate me derrite, como si tuviese fuego sobre mí.

Almuerzo con jugo de uva y leo el periódico al revés , ejercito la mente y como lento, ayudando a mi digestion.

Un teddy bear llega a mi buzón, empaquetado com papel color cereza, como el sueño que olvidé la otra vez.

Camino en contra del viento y mis mejillas se secan mientras silbo un vals improvisado en la tarde, en el pueblo, bajo nubes que comienzan a caer.

Olvidé comprar una tetera nueva y sobre la silla de madera labrada me espera el teddy bear sediento.

Puedo llegar corriendo a la casa, con mis tennis color cereza, podría volar. Pero el viento y la lluvia fina me entristece y solo quiero valsear.

El jugo de uva se acabó, yo que solo tenía bolsitas de té de jazmín.

Menciono: La lluvia en el pueblo, afuera de las casas calientes, ventanales espías enmedio. Al otro lado, en la banqueta me empapo, me cubro de gotitas y turiruriruuuu.

Amargosa tomo MMVI

Es martes y quiero viernes, al menos jueves, pero la semana no es tan mala, de hecho no lo es en absoluto, sólo es el dolor en los hombros que me piden un weekend rico y tranquilo en cama con "ventana vista cielo nublado", tv con "Sex & the city", "Simpons" y "Seinfeld".

Pero no, en vez de éso tengo mañanas de regadera descompuesta y fraccionamiento sin cisterna, una antena que a duras penas capta a la venezolana voluptuosa que da el clima y el signo de interrogación gigante que imagino sobre mi cabeza cada vez que veo el comercial que promociona el yogurt Activia:

Vamos, únete al reto tomando por 15 días nuestros productos y sal en uno de nuestros comerciales contando tu experiencia. (palabras más, palabras menos)

¿Quién en su sano juicio quiere ganarse un balconeo nacional sobre su estreñimiento? Al menos yo no, de perdida deberían regalar una dotación de yogurt, una caminadora, una ipod, qué se yo. De plano yo correría al publicista y al que aceptó la propuesta.

Quizá sólo estoy enojada porque quiero una laptop y mis $15 no me alcanzan y no veo promociones publicitarias que me solucionen la vida. Mejor me tomaré un yogurt de ciruela pasa y me pondré a trabajar dibujando rayitas en autocad...¡yuju! (sigh).

Acabo de cobrar el cheque de mi quincena y aproveché para comer en Burger King. Mientras me empacaba un pie de hershey's y le daba un sorbo a mi coca light pensé en la respuesta mental que doy a los que se burlan de quienes piden una bebida dietética para acompañar una comida alta en calorías, sobre todo los consabidos tacos al pastor y como en mi casa una hamburguesota. Mi defensa es, que no por saturar de grasas y sales a mi dieta voy a añadirle más de 200 kcal. provenientes del refresco al menú. Aparte sirve para quitarle una manchita a la conciencia. Como cuando se le quita el migajón al bolillo (cosa que no hago).

Pienso que sería un buen experimento, organizar un grupo A y otro B que coman un combo king de pollo y papas medianas. En las bebidas al grupo A se le daría Coca Regular y al B Coca Light. A final se checaría quiénes subieron más de peso y son poseedoras de cinturas reprobadas por las medidas del prevenimsss (+90 cms en hombres y +80 cms. en mujeres).

Quién sabe, como decían en un programa viejito: éso digo yo.

Supongo que suprimir el poste no me haría daño tampoco, pero es tan irresistible, bu.

La paz ha vuelto a mí.

Uhm

Uhm

Ohm.

En el diván

Qué irascible eres niña.

Ésa soy yo.

Pero dime, ¿cuándo comenzó?.

En la infancia, ser la menor, la única mujer, la llegada en el casi ocaso de la familia, fui una brisa fresca que conseguía todo por un solo gesto triste. Mire, ésta es la cara, ¿no es adorablemente poderoso?, dígame que no quiere cumplir todos mis deseos.

Creo que ha perdido efecto con los años. Pero, ¿cuándo alcanzó su máximo esplendor?

A los ocho, ya sabe, ojos y dientes grandes=ternura mayor

¿Decadencia?

Tal vez en la Universidad, única científica en familia de… ¿cómo decirlo?, vieja usanza de todoprovistoporundiosuperpoderoso. El alboroto debió ser mínimo, pues nunca logré acomodar las conexiones de mis neuronas para pensar como se debe.No me acogieron de regreso. Sola en el mundo.

Una gran depresión, frustración, las muecas de desagrado no tenían como fin que me cumplieran caprichos, al menos de los demás, necesitaba-necesito de MÍ más que de nadie en el mundo. Pero Yo no puedo complacerme.

No puedo.

Sin intención de sonar como tarjeta hallmark.

Hoy llueve en el desierto.
No es la primera vez desde los días en que vivo acá, pero si el primero en que extraño la ciudad de los ángeles y las comparo.
Acá hay mejores oportunidades de trabajo, mejor sueldo, y la cercanía de él.
También está la lejanía de la familia y de las cosas cursis que me hacen llorar, como la comida de ayer que por tan sólo saber completamente distinta a la que hace mi mamá me sacó lágrimas al más puro estilo Chihiro mientras come pan.
Parece que no he crecido y no sé si quiero hacerlo.
Por qué es hasta ahora que aprecio las decenas de cafés, las iglesias, los muros piedra y las decenas de pueblos que tan cerca me quedaban.
Quizá cuando sea hora de irme de acá apreciaré la frontera y lo que la sierra cercana me ofrece.
O tal vez, esta vez (repetir, repetir) sepa aprovechar lo que hay a mi alrededor.

minilluvia de aidías

Tomo una taza de café y con crema sabor vainilla francesa la agrego a mi lista de favoritos.

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Es miércoles y se cumplen 27 meses de.


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Podría contar que quiero que aparezca de una vez el maestro que promete clases que servirán. Es hora de pedirle que sea mi mentor. El maestro de alegría diaria, de comportamiento social y de danza con tacones de 7.

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Odio bañarme con un chorro de agua, parece que las regaderas a presión me huyen, pocas veces encuentro una, promueven el ecoloco agazapado en mi personalidad.

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Torino casi inicia y ya tengo tv, además de mesita en donde varias velas chulas de bonitas se ven.

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Quiero matar mi miedo al diseño, ajá, tengo miedo, pavor, pánico, fobia a diseñar, es el eterno coco del pepe grillo preguntando por mi vocación.

Ya casi no tengo miedo a opinar.

Conservo la manía de contar mis debilidades. Es una forma de excusarse ante la vida. Qué cobarde.

Casi trato que no. JA.


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Una parte de la mencionada mesa: