jueves, 10 de febrero de 2005

Bufanda quiero ser

Hoy me reinventaré, o mejor aún, me destejeré y volveré a tejer, hoy quiero ser bufanda.

Alguien que visitó un hospital psiquiátrico me contó sobre un niño que se creía escoba, y así recorriendo los pasillos clamaba a los cuatro vientos (o dos muros, una puerta y una ventana) la voz de "soy escoba, soy escoba". Pobre, alguien debió informarle que los objetos no hablan. No hablo español dice una voz mientras la boca delinea un i don't speak english, películas dobladas para los desterrados de harmon hall.

El punto era, ES, que en mi tierra ya hace mucho calor, todo el que entra a la oficina lo dice, yo los recibo con un "y éso que apenas es febrero" linda cualidad del trabajo que sólo sirve para ahorrar (no es tan malo, el dinero nunca sale de más), recapitulando -de nuevo- bufanda quiero ser para cubrir un cuello, uno que pertenece a alguien resfriado, alguien que perdió la suya en el autobus, alguien que desde antes de usar el perfume que le regalé tenía mi olor favorito, ese alguien huele a... no sé, a rico, catadora no soy. Su sabor, ese sí es fácil de describir, sabe a cereza.

Por éso bufanda quiero ser.

Ya que my own personal cherry flavor anda en tierras ligeramente escarchadas y lejanas, de consuelo quiero una cherry coke, que aquí apenas es febrero y yo me intento destejer.


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