lunes, 7 de diciembre de 2009

Se llamará.

Estaba viendo Ghost Whisperer (uh, zapping) y en el inicio la protagonista dice que para contar su historia tiene que contar la de ellos (los fantasmas que ve). Al escuchar eso pensé que yo no tengo mucho que decir sobre alguien más, casi siempre es sobre mí y quizá por eso he entrado en una repetición, repetición, repetición. Uno de mis propósitos frecuentes es salir al mundo, pero nada más me atrevo a hacerlo en contextos conocidos, podría decirse cliché, como la frase de salir al mundo al principio de la oración.

Ahora mismo no hay nadie en la casa, tan solo el bicho que se paró en la pantalla de la lap y ya lo aventé lejos, creo estar mejor. Juego al té en uno, no invito a nadie y tampoco nadie llama para preguntar si puede venir. Vamos, que ya no tengo 8 años y extraño los días con las amigas de la escuela, las del curso de inglés que no servía para nada y aquellas que venían a jugar a mi casa. Fue como un estallido y luego el silencio, los oídos apagados al reventar.

Si me creo un amigo imaginario hablaría alemán, tocaría el piano y tendría mal humor. Le llamaré Anorak. Sólo porque sí.

2 comentarios: