miércoles, 15 de abril de 2009

De planes.

Se pasaron los días donde me despertaba con al menos dos planes, casi siempre triste (no es novedad) pero planeadora, ahora amanezco casi siempre triste (no es novedad) y sin ganas de decidir un rumbo.

Leí en una revista que las metas a corto plazo le dan sentido al día a día, también venía la receta para un volteado de piña y páginas después posiciones de yoga en donde el volteado era uno y no la fruta.

Hace un calor tremendo, ver la tv desparramado en el sillón o dormir resulta en espaldas o panzas mojadas... iuc dirían las buenas costumbres.

Se me acaba de ocurrir una meta a corto plazo: comprarme un litro de helado y comérmelo yo sola. Adiós calor, hola calorías.

Ningún plan es perfecto.

2 comentarios:

  1. Y aquí es donde pongo mi comentario feliz para contrastar.

    No todo en la vida es hacer planes. El lado malo de hacer planes es que la vida es lo que sucede mientras se está ocupado haciendo planes.

    Otra alternativa es simplemente hacer cosas, desarrollar cualquier idea que pueda hacerse con cualquier cosa que esté a la mano. No es la mejor manera de alcanzar objetivos, pero en el camino siempre surgen preguntas que pueden llegar a convertirse en nuevas metas y nuevos planes.

    Tu post me hizo pensar en la sabrosísima trinidad del helado napolitano.

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  2. mulder x...

    los mejores planes son los inmediatos,preferible un delicioso helado en mano q un sueño guajiro volando...

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